El juicio, celebrado en la Audiencia Provincial de Cádiz en Ceuta, ha quedado visto para sentencia tras el reconocimiento de los hechos por parte del acusado. La Sala deberá resolver ahora si la condena será suspendida o no.
El tribunal de la Sección VI de la Audiencia Provincial de Cádiz en Ceuta ha dejado visto para sentencia el juicio contra A.B.S., acusado de seis delitos de agresión sexual a menores de edad. El procesado ha reconocido los hechos y aceptado la pena de 30 años de prisión, acordada entre la Fiscalía, la Acusación Particular y la Defensa, aunque la Sala deberá pronunciarse sobre la posible suspensión de la condena.
El acusado, tío de las víctimas, compareció en la vista ayudado por muletas y abandonó la Sala escoltado por agentes de la Policía Nacional. Todas las víctimas son sus sobrinos, cinco menores de edad que sufrieron los abusos entre 2020 y 2022, en el domicilio familiar situado en la barriada del Príncipe.
Los hechos
Según el relato de las acusaciones, A.B.S. aprovechó su relación de parentesco para cometer abusos sexuales continuados sobre los menores, con “ánimo libidinoso”, realizando tocamientos en distintas estancias de la vivienda.
El procesado, que ya se encuentra en prisión, ha reconocido ante el tribunal la veracidad de los hechos que se le imputaban, lo que ha evitado la celebración completa del juicio, prevista para esta semana.
Delitos y penas solicitadas
Las partes han acordado una condena de 30 años de cárcel por los siguientes delitos:
- Un delito de agresión sexual a menor de 16 años con acceso carnal.
- Un delito por obligar a un menor a presenciar actos de carácter sexual.
- Cuatro delitos de agresión sexual a menor de 16 años sin acceso carnal.
Además de la pena privativa de libertad, se incluyen medidas de prohibición de acercamiento y comunicación con las víctimas, así como órdenes de alejamiento.
Conformidad y cierre del juicio
El reconocimiento de los hechos permitió que las partes alcanzaran una conformidad judicial, limitando la vista a la lectura de las conclusiones y a la aceptación formal de la pena.
Durante la sesión, el acusado rompió a llorar al escuchar la petición de penas y renunció a su derecho a la última palabra.
La Fiscalía y la Acusación Particular se opusieron a cualquier medida de suspensión de la condena, mientras que la Defensa dejó esta cuestión a valoración de la Sala, que deberá pronunciarse en la sentencia definitiva.