La presidencia danesa de la Unión Europea ha señalado que la Defensa debe situarse como una “prioridad absoluta” para el bloque comunitario, en un momento en que la amenaza rusa continúa creciendo y las tensiones geopolíticas se mantienen elevadas. En este contexto, el viceprimer ministro de Dinamarca, responsable de la cartera de Defensa, ha advertido que los servicios de inteligencia de su país confirman que el presidente ruso, Vladimir Putin, seguirá adoptando una postura beligerante no solo en el conflicto de Ucrania, sino en una esfera más amplia que amenaza la seguridad europea a largo plazo.
Durante una reciente intervención, el alto cargo danés subrayó la necesidad de que Europa alcance una capacidad de defensa autónoma y robusta para el año 2030, enfatizando que la preparación militar y la inversión en este ámbito no pueden postergarse. “La agresividad de Rusia no va a disminuir; al contrario, prevemos un aumento de las amenazas, por lo que Europa debe estar preparada para defenderse”, afirmó.
Sin embargo, este llamado a reforzar las capacidades militares de la Unión Europea ha chocado con la posición de España, que ha expresado su negativa a incrementar el presupuesto destinado a la Defensa en el corto plazo. Esta postura ha generado debate entre los países miembros, donde algunos consideran indispensable un aumento significativo de la inversión para garantizar la seguridad colectiva, mientras que otros mantienen una visión más cautelosa respecto al gasto militar.
La presidencia danesa, que asumió el mando rotativo del Consejo de la UE este semestre, ha hecho de la Defensa su eje central de gestión, buscando impulsar una mayor cooperación entre los Estados miembros para fortalecer las capacidades militares conjuntas, la innovación tecnológica en defensa y la coordinación estratégica frente a las amenazas externas.
Este escenario se enmarca en un contexto de creciente incertidumbre internacional, marcado por la guerra en Ucrania, las tensiones en el Báltico y la expansión de la influencia rusa en distintas regiones. La Comisión Europea y varios gobiernos nacionales consideran que Europa no puede depender exclusivamente de aliados externos para su seguridad, y por eso defienden la necesidad de una política de defensa integrada y autosuficiente.
Por su parte, España ha argumentado que, aunque reconoce la importancia de la seguridad europea, las prioridades presupuestarias nacionales y las inversiones en otros sectores también deben ser consideradas. Además, algunos sectores dentro del país abogan por un enfoque más diplomático y menos centrado en el gasto militar.
A medida que la presidencia danesa impulsa esta agenda, se espera que los próximos meses sean cruciales para definir el nivel de compromiso que cada Estado miembro asumirá en materia de defensa. La evolución de las políticas y acuerdos en este ámbito será determinante para la capacidad futura de Europa de hacer frente a las amenazas provenientes de Rusia y otros actores geopolíticos.
