Ceuta, 7 de agosto de 2025 – La Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSIF), a través de su sección sindical en el Centro Penitenciario de Ceuta, ha querido poner en valor la labor del personal penitenciario y, al mismo tiempo, manifestar su profunda preocupación por el incremento de la violencia en los centros penitenciarios de todo el país.
Según datos del Ministerio del Interior correspondientes a 2024, los funcionarios del centro de Fuerte Mendizábal incautaron un total de 28 teléfonos móviles, 2 objetos punzantes, cerca de un kilogramo de cannabis (941,56 gramos), además de 0,54 gramos de cocaína, 140,5 unidades de benzodiacepinas, 1,5 unidades de antipsicóticos, 62 unidades de otras sustancias psicoactivas y 1 unidad de otros psicofármacos.
Desde CSIF destacan que estas cifras no solo evidencian la creciente sofisticación en la fabricación de armas y la introducción de sustancias prohibidas por parte de algunos internos, sino que también reflejan las dificultades a las que se enfrenta el personal en tareas de seguridad, control y prevención dentro de los centros.
Una agresión cada 20 horas
La organización sindical denuncia una “escalada alarmante” en el número de agresiones a trabajadores penitenciarios, que actualmente sufren una media de una agresión cada 20 horas. En los últimos dos años se han contabilizado más de 1.000 ataques físicos, sin contar con amenazas, coacciones o situaciones de tensión que, si bien no se registran oficialmente como agresiones, alteran gravemente el clima laboral.
Ante este panorama, CSIF reclama medidas urgentes y contundentes para revertir esta tendencia. Entre los factores que, según el sindicato, explican el aumento de la conflictividad se encuentran:
- La inadecuada clasificación interna de los reclusos, al ubicar en módulos de segundo grado a internos que deberían estar en primer grado (el régimen más restrictivo).
- La falta de cobertura del 100% de las Relaciones de Puestos de Trabajo (RPT) en los centros penitenciarios.
- La necesidad de actualizar y reforzar los protocolos de seguridad.
- La falta de consenso político para reconocer al personal penitenciario como agentes de la autoridad, con el principio de indemnidad incluido.
Condiciones cada vez más precarias
CSIF también denuncia que el personal penitenciario trabaja en condiciones crecientemente precarias, con importantes carencias en áreas clave como la atención sanitaria. Esta situación se agrava durante los períodos vacacionales, y sigue sin resolverse la transferencia de competencias sanitarias a las comunidades autónomas, tal y como prevé la Ley 16/2003 de Cohesión y Calidad del Sistema Nacional de Salud.
En la actualidad, solo Cataluña, Navarra y el País Vasco han asumido dichas competencias. En territorios como Ceuta y Melilla, la sanidad penitenciaria continúa en manos del Estado a través del INGESA, pese a que la disposición adicional sexta de dicha ley contempla su transferencia.
Llamamiento a la acción
Desde CSIF instan a las administraciones públicas a que dejen de eludir responsabilidades y actúen con decisión para mejorar las condiciones laborales del personal penitenciario. El sindicato exige más recursos humanos y materiales, mayor protección legal y un compromiso firme para garantizar la seguridad y la dignidad de quienes trabajan en los centros penitenciarios.
“Es hora de que la Administración abandone la inacción y dote a los trabajadores de las herramientas necesarias para desarrollar su labor con garantías y seguridad”, concluyen desde el sindicato..
