4.000 euros, esa es la cantidad que le cuesta a la Ciudad reparar el ascensor de la playa de la Ribera y protegerlo con un doble vallado (uno en la entrada superior y otro en la inferior) de futuros actos vandálicos. El último lo dejó completamente destrozado. Además, se ha determinado que, en horarios donde no tiene vigilancia física -de 2.00 a 8.00 horas-, permanezca cerrado.

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