La reunión del viernes en Barcelona llega marcada por la amenaza de plante de los populares y la convocatoria de una concentración contra el Gobierno el domingo
La Conferencia de Presidentes convocada para este viernes en Barcelona amenaza con convertirse en un nuevo campo de batalla política. El Partido Popular ha agitado el ambiente previo con una denuncia sobre la “agenda inabarcable” planteada para la cita, una estrategia que desde el Gobierno interpretan como un intento de sabotaje en vísperas de la concentración convocada para el domingo contra lo que el PP denomina “la mafia”.
La oposición ha criticado duramente la estructura de los temas a tratar en la conferencia, argumentando que el Ejecutivo pretende diluir los asuntos clave en un mar de puntos secundarios. “No vamos a participar de un paripé diseñado para tapar la corrupción y el desgobierno”, han asegurado fuentes populares, dejando abierta la posibilidad de que sus presidentes autonómicos se ausenten del encuentro.
La tensión política se ha intensificado con la convocatoria, por parte de varias organizaciones afines a la derecha, de una manifestación en Madrid bajo el lema “Contra la mafia”. El PP ha respaldado la protesta, que se celebrará el domingo, apenas 48 horas después de la reunión de presidentes autonómicos, en un gesto que ha sido interpretado como una escalada en su ofensiva contra el Ejecutivo central.
Desde Moncloa han acusado al PP de “boicot institucional” y de utilizar las instituciones autonómicas para fines partidistas. La conferencia del viernes, recuerdan, está prevista desde hace meses y tiene por objetivo “fortalecer la cooperación entre territorios y afrontar los grandes retos del país, desde la financiación autonómica hasta la transición energética”.
En medio de esta creciente polarización, la cita del viernes se perfila como un nuevo termómetro del clima político nacional, con el añadido de que se celebrará en Barcelona, territorio simbólicamente cargado en la disputa política de los últimos años.
