Goud.ma revela en exclusiva una grave infracción ecológica que involucra al Ayuntamiento de Tánger y a la empresa gestora del vertedero municipal
Una investigación exclusiva del medio Goud.ma ha destapado un escándalo medioambiental de enormes proporciones en la ciudad de Tánger. Camiones cisterna no identificados estarían vertiendo diariamente 200 mil litros de lixiviados tóxicos —conocidos como “jugo de basura”— directamente al mar, en la zona costera de la ciudad, a pesar de existir una planta de tratamiento que cuesta más de 20 millones de dírhams anuales al erario público.
Camiones sin identificar y una sustancia altamente tóxica
Desde hace aproximadamente un año, vecinos y activistas medioambientales de Tánger venían denunciando la presencia de camiones cisterna sin logotipos visibles que accedían a la estación de bombeo de aguas residuales gestionada por Amendis, situada en la zona de Merkala, entre el puerto de la ciudad y el puerto pesquero.
El equipo de Goud.ma investigó el caso durante meses, recopilando pruebas gráficas, documentos y testimonios que apuntan a que los camiones transportan lixiviado, una de las sustancias más contaminantes y peligrosas del planeta, con efectos devastadores para la salud humana, los animales y el medio ambiente.
Vertidos diarios frente a la playa municipal
La investigación reveló que dos camiones cisterna realizan ocho viajes diarios desde el vertedero público situado en la comuna de El Manzla hasta la estación de bombeo en Merkala, donde descargan el lixiviado que luego es vertido directamente en el mar, frente a la playa municipal de Tánger.
Cada cisterna contiene 25 mil litros, lo que supone un vertido total de 200 mil litros diarios de residuos altamente tóxicos, sin que se tomen las medidas de tratamiento o control ambiental que exige la legislación nacional e internacional.

Ocultamiento de responsabilidades
Uno de los aspectos más preocupantes del caso es el intento de encubrimiento. Los camiones no llevan ninguna identificación, aunque los conductores visten uniformes de la empresa Arma, gestora del vertedero. Esto plantea serias dudas sobre la responsabilidad de las autoridades locales y de las empresas implicadas, así como sobre la transparencia en la gestión de residuos peligrosos.

Pagos millonarios por un servicio inexistente
La investigación de Goud.ma también descubrió que la empresa Arma recibe entre 1,5 y 2 millones de dírhams mensuales por un supuesto servicio de tratamiento del lixiviado, pese a que el vertedero no dispone de una planta especializada ni de los recursos técnicos necesarios para tratar este tipo de sustancias. En total, se trata de una suma anual cercana a 20 millones de dírhams (2 mil millones de céntimos).
Estos pagos fueron autorizados mediante órdenes firmadas por Monir El Limouri, alcalde de Tánger y representante del Partido Autenticidad y Modernidad (PAM), en su calidad de presidente de la Fundación Bouregreg, responsable de la gestión del vertedero.

Exigen investigación y responsabilidades
Ante la gravedad de estos hechos, Goud.ma exige que el Ministerio del Interior envíe de inmediato comisiones de inspección y que el Tribunal Regional de Cuentas abra una auditoría urgente sobre la gestión del vertedero y el uso de fondos públicos.
La posible malversación de recursos y la magnitud del daño ecológico requieren, además, la intervención de todas las autoridades competentes, tanto a nivel local como nacional.
Tánger, una ciudad clave en la proyección internacional de Marruecos —especialmente de cara a eventos como el Mundial 2030 y la Copa Africana de Naciones—, no puede permitirse escándalos medioambientales de esta magnitud.