Varias familias procedentes de Estados Unidos han decidido establecerse en España motivadas por la creciente preocupación por la situación política y social en su país de origen. Según relataron, su decisión se debe a lo que consideran una pérdida de libertades y un ambiente cada vez más tenso.
“Las cosas se están poniendo feas”, comenta uno de los entrevistados, que asegura no tener intención de regresar a Estados Unidos. La llegada de estas familias, a las que algunos denominan irónicamente “refugiados de Trump”, se enmarca en un fenómeno migratorio poco habitual: ciudadanos de una potencia mundial buscando estabilidad y seguridad en Europa.
En sus testimonios, los nuevos residentes destacan la tranquilidad y el clima de convivencia que han encontrado en España, así como la posibilidad de criar a sus hijos en un entorno que perciben como más seguro y tolerante.
Para muchos de ellos, esta mudanza no es un paréntesis temporal, sino un cambio de vida definitivo. “Aquí podemos respirar”, afirma una madre de familia.
