El futuro político del primer ministro japonés, Shigeru Ishiba, se ha visto envuelto en incertidumbre después de que varios medios locales informaran este miércoles que planea presentar su dimisión a finales de agosto. La noticia llega pocos días después del batacazo electoral que dejó a su coalición sin mayoría en la Cámara Alta del Parlamento. Sin embargo, Ishiba ha salido al paso de los rumores y desmintió categóricamente cualquier intención de abandonar el cargo.
“Nada de lo que se ha informado es cierto”, afirmó el líder del Partido Liberal Democrático (PLD) tras conocerse las informaciones publicadas inicialmente por el diario Mainichi, el más antiguo de Japón. Según el rotativo, Ishiba habría comunicado su decisión a sus asesores más cercanos la noche del martes, apenas tres días después de las elecciones al Senado.
La debacle electoral ha debilitado significativamente la posición del PLD, que hasta ahora lideraba con holgura la coalición de gobierno. El resultado se interpreta como un claro mensaje de descontento por parte del electorado, tanto por la situación económica como por la ambiciosa agenda de política exterior de Ishiba, que incluye propuestas como la creación de una “OTAN asiática”.
El revuelo político coincidió con el anuncio de un acuerdo comercial entre Japón y Estados Unidos. Según detalló el presidente estadounidense Donald Trump en su red Truth Social, se trata de un pacto “masivo” que contempla inversiones japonesas por valor de 550.000 millones de dólares en EE. UU. y una apertura significativa del mercado nipón a productos agrícolas y automóviles estadounidenses. Aunque los aranceles se mantendrán en un 15% —por debajo del 25% anunciado previamente—, el anuncio no logró desviar la atención del incierto escenario político japonés.
Ishiba, visiblemente tenso durante su intervención en el Club Nacional de Prensa de Japón el pasado 2 de julio, se enfrenta ahora al reto de mantener la cohesión dentro de su partido y reforzar su liderazgo, mientras crecen las especulaciones sobre posibles sucesores dentro del PLD.
Por el momento, no hay confirmación oficial de una fecha para una posible dimisión, y los próximos días serán clave para determinar si Ishiba logrará recomponer su imagen o si se verá forzado a abandonar el cargo antes de lo previsto.
