Marc Márquez volvió a subirse al podio en el Gran Premio de Gran Bretaña de MotoGP, pero lo hizo con un rostro más serio de lo habitual. El piloto del equipo Gresini finalizó tercero en una carrera llena de incidentes, condicionada por el viento y marcada por una bandera roja que, según sus propias palabras, “nos salvó el día”.
La carrera en Silverstone fue una montaña rusa para el ocho veces campeón del mundo. Una salida de pista en los primeros compases le relegó hasta la novena posición, obligándole a remontar a contrarreloj. “Esa colada me ha costado casi toda la carrera”, explicó Márquez. “Ha sido un error de cálculo. Se me ha movido mucho la moto y cuando he llegado a la siguiente curva no había frenos, he tenido que frenar tres veces”.
A pesar de todo, el piloto catalán logró reponerse y mantener una intensa batalla con Franco Morbidelli en la última vuelta, intercambiando posiciones hasta seis veces. “Lo tenía más o menos controlado, pero a falta de dos vueltas he empezado a sufrir muchísimo. Casi me caigo otra vez de izquierdas por una ráfaga de viento”, relató. Las condiciones del circuito, con poco grip y viento fuerte, añadieron un grado de dificultad extra a una carrera ya complicada.
Uno de los momentos clave fue la aparición de la bandera roja tras una caída de Morbidelli, cuyo aceite en pista provocó varios incidentes, incluido uno de Márquez. “Alguien me ha salvado el día, simplemente por eso. No soy de los que dicen ‘bien, estoy tercero’. La bandera roja nos salvó el día, porque sin ella no sé cómo habría acabado esto”, admitió con sinceridad.
Con el paso de los minutos, la frustración inicial dio paso a una valoración más positiva: “A veces hay que tener también esa suerte de cara, y en un circuito donde veníamos con la mentalidad de perder los mínimos puntos posibles, hemos conseguido dos más que los principales rivales para el campeonato”.
Además del podio personal, Márquez celebró otro motivo de alegría: el segundo puesto de su pupilo Máximo Quiles en Moto3, quien consiguió su primer podio mundialista.
Silverstone deja a Márquez con sensaciones encontradas, pero con el consuelo de haber sumado puntos importantes en la lucha por el título. Y como él mismo resumió, “un podio es un podio y hay que lucharlo hasta el final”.
