Por Jesús María González Barceló, Presidente del Think Tank Hispania 1188, y Jota Bravo Barbero, Vicepresidente del Think Tank Hispania 1188
En una ciudad que durante años ha vivido encorsetada por inercias, estructuras caducas y liderazgos sin impulso renovador, la aparición de Rafael Peñalver ha supuesto una auténtica bocanada de aire fresco. El actual consejero de Fomento y Urbanismo representa un perfil difícil de encontrar en la política española: joven, preparado, valiente y con una vocación inequívoca por servir al interés general a través de la economía real y la libertad.
Técnica al servicio de la acción
Formado como ingeniero de Caminos, Canales y Puertos, con posgrados en planificación y gestión empresarial, Peñalver ha destacado por su paso brillante en la Autoridad Portuaria de Ceuta y como figura clave del Colegio de Ingenieros. Su paso a la política no fue fruto de la ambición, sino del compromiso: poner sus conocimientos al servicio de una Ceuta que necesita planificación, eficacia y sentido común.
Desde que asumió la consejería en junio de 2025, ha imprimido un ritmo de trabajo que ha sorprendido incluso a sus colegas más veteranos. Donde otros prometen, él planifica, actúa y ejecuta. En vez de discursos vacíos, proyectos viables.
Referente liberal ceutí: Ayusismo con acento norteafricano
Rafael Peñalver no esconde sus referentes. En cada declaración pública, en cada política ejecutada, se percibe con claridad su sintonía con el modelo de Isabel Díaz Ayuso, a quien admira abiertamente por su coraje, claridad ideológica y gestión sin complejos.
Como Ayuso, Peñalver defiende que la riqueza no se reparte: se genera. Y para generarla hay que dejar trabajar, liberar al ciudadano de ataduras burocráticas y tratar al empresario como un aliado, no como un sospechoso. Su enfoque es reformista y liberal, no populista ni asistencialista.
“Repartir lo que no existe es empobrecer a todos. Solo quien se esfuerza, arriesga y produce puede luego compartir con justicia. Pero la justicia empieza en la libertad”, ha dicho en declaraciones recientes.
Reformas tangibles
En menos de dos meses de gestión ha puesto en marcha medidas clave:
- Cesión de 100.000 m² de suelo militar para vivienda, deporte y desarrollo urbano.
- Modernización urgente del urbanismo local, paralizado por una normativa de 1976.
- Enfrentamiento técnico con el Colegio de Arquitectos para agilizar licencias y abrir paso a la inversión.
- Reivindicación activa de una Ley del Suelo específica para Ceuta, necesaria para dejar de ser una excepción normativa frente al resto de España.
Peñalver trabaja con visión a largo plazo, pero sin aplazar lo urgente. La ciudad necesitaba a alguien que entendiera el urbanismo y la economía como palancas de libertad. Y lo ha encontrado.
Gestión con rostro humano
A su brillantez técnica se suma una cualidad cada vez más rara en política: es buena persona. Cercano, atento, empático, explica cada paso con naturalidad, escucha con respeto y no presume de nada. Esa combinación de rigor y calidez ha hecho que incluso sus críticos reconozcan su valía.
No es casualidad que se le llame ya “el Mbappé del Gobierno de Ceuta”. Porque es joven, veloz, elegante y juega para el equipo. No para el espectáculo. No para el ego. Para Ceuta.
Proyección nacional
Muchos lo ven como el gran líder emergente del centro-derecha ceutí. Tiene las ideas claras, el respaldo de la realidad técnica y un estilo político limpio, contundente y liberal. El Partido Popular, si mira al futuro, encontrará en Peñalver una figura de renovación real, fiel a los valores que han dado los mejores frutos: los de libertad, propiedad, empresa y esfuerzo individual.
Como Ayuso, no necesita disfrazar su ideología. La defiende porque cree en ella. Y la aplica porque funciona. Y, como ella, está demostrando que cuando se gobierna bien, se gana sin necesidad de esconder la palabra “liberal”.
Conclusión:
Ceuta tiene ante sí una oportunidad histórica de modernizarse, crecer y liberarse del corsé administrativo. Y para liderar ese camino hace falta alguien como Rafael Peñalver: formado, firme, decente y liberal.
No es un político más. Es el comienzo de una Ceuta nueva.
