El Gobierno británico, liderado por Keir Starmer, advierte de nuevas medidas si no se facilita la entrada de ayuda humanitaria en la Franja
LONDRES – El Reino Unido ha suspendido las negociaciones comerciales con Israel como respuesta al continuo bloqueo de la ayuda humanitaria en la Franja de Gaza por parte del Gobierno israelí. Así lo ha anunciado este lunes el ministro de Asuntos Exteriores británico, David Lammy, en una intervención ante el Parlamento, donde también ha confirmado la citación de la embajadora israelí en Londres.
“Todo el Parlamento debería poder condenar rotundamente la negación de alimentos a niños hambrientos. Está mal. Es atroz”, declaró Lammy, visiblemente contundente. El ministro advirtió que esta decisión podría ser solo el primer paso y no descartó la adopción de medidas adicionales si Israel no modifica su actual política hacia el enclave palestino.
En un discurso firme, Lammy defendió la legitimidad de criticar tanto a Hamás como al Gobierno israelí. “Creo firmemente que Hamás mantiene como rehén al pueblo palestino. Pero así como puedo sostener eso, también puedo decir que es moralmente reprensible continuar este bloqueo, reduciendo 400 puntos de ayuda humanitaria a tan solo cuatro. Es imposible. Es intolerable. Y, por supuesto, el Reino Unido debe alzar la voz contra ello”, afirmó.
El ministro insistió en que “oponerse a la expansión de una guerra que ha matado a miles de niños no significa recompensar a Hamás”, y subrayó que rechazar el desplazamiento forzoso de cientos de miles de civiles tampoco implica apoyar al grupo islamista. “Desde este lado de la Cámara, tenemos clarísimo que lo que está sucediendo es moralmente incorrecto, injustificable y debe cesar”, concluyó.
Por su parte, el Gobierno israelí ha reaccionado con dureza a la decisión de Londres, calificando la suspensión de las conversaciones comerciales como fruto de una “obsesión antiisraelí”.
La ruptura marca un giro importante en la relación entre ambos países, tradicionalmente estrecha, y se produce en un contexto de creciente presión internacional sobre Israel por la situación humanitaria en Gaza.