Ganador de las primarias demócratas para la alcaldía, Mamdani representa una nueva cara del progresismo neoyorquino: joven, inmigrante, defensor de Palestina y dispuesto a plantar cara al expresidente republicano.
Nueva York, 26 de junio de 2025. El triunfo de Zohran Mamdani en las primarias demócratas para la alcaldía de Nueva York ha sacudido el tablero político de la ciudad y del país. Con apenas 33 años, el joven legislador estatal nacido en Uganda ha derrotado al veterano exgobernador Andrew Cuomo, en una carrera marcada por la promesa de renovación, justicia social y resistencia al avance de Donald Trump, a quien Mamdani ha calificado abiertamente de “fascista y racista”.
En su discurso de victoria, pronunciado en la madrugada del miércoles, Mamdani citó a Nelson Mandela: “Siempre parece imposible hasta que se logra. Amigos míos, lo hemos logrado”. Su victoria, aún pendiente de ser certificada oficialmente por el sistema de voto por orden de preferencia que rige en la ciudad, fue reconocida rápidamente por sus rivales. Cuomo concedió la derrota menos de dos horas después del cierre de las urnas.
Aunque aún debe recibir formalmente la nominación demócrata el próximo mes, Mamdani parte como el favorito indiscutible para las elecciones municipales del 4 de noviembre. Se enfrentará a candidatos independientes, entre ellos el actual alcalde Eric Adams, y a un republicano aún por confirmar —aunque no se descarta una candidatura independiente del propio Cuomo—. Sin embargo, en una ciudad donde los republicanos no ganan la alcaldía desde 2008, las probabilidades están claramente de su lado.
Un perfil que desafía al establishment
Zohran Mamdani representa todo aquello que incomoda a Donald Trump y a los sectores más conservadores del país: es inmigrante, musulmán, progresista, defensor de Palestina e hijo de intelectuales africanos e indios. Nacido en Kampala (Uganda), llegó a Estados Unidos a los siete años y obtuvo la ciudadanía en 2018. Es hijo de la cineasta Mira Nair y del académico Mahmood Mamdani, referente internacional en estudios poscoloniales.
Aunque su infancia transcurrió entre varios países —India, Sudáfrica y finalmente Estados Unidos—, Mamdani se declara neoyorquino por convicción. “Mi padre me inculcó un verdadero sentido de ser africano, de estar orgulloso de esa herencia”, declaró recientemente a New York Magazine. También se reconoce como una persona privilegiada, pese a haber enfocado su carrera política en las luchas de la clase trabajadora. “Tu responsabilidad no termina porque no estés directamente involucrado, continúa”, reflexionaba.
Antes de entrar en política, fue rapero y productor musical. Su activismo comenzó en 2015, como voluntario en campañas locales, y en 2017 se unió a los Socialistas Democráticos de América. Inspirado por figuras como Bernie Sanders y Alexandria Ocasio-Cortez —ambos lo respaldaron en estas primarias—, Mamdani ganó su primer cargo público en 2020, al ser elegido para la Asamblea Estatal por el distrito 36, en Queens.
Una campaña al ritmo de las bases
Con un discurso centrado en la justicia social y la redistribución, Mamdani ha movilizado a una amplia base joven y progresista. Sus promesas incluyen revivir el programa piloto de autobuses públicos gratuitos —que impulsó en 2023 con gran éxito—, construir vivienda asequible, congelar alquileres, aumentar impuestos a los más ricos y garantizar guarderías gratuitas.
Durante el mandato de Trump, Mamdani ha sido una voz constante en defensa de los inmigrantes y de las comunidades vulnerables. Uno de sus compromisos más firmes es plantar cara al expresidente si regresa a la Casa Blanca. “Soy su peor pesadilla”, afirmó en campaña, en un guiño directo a su condición de inmigrante musulmán y su perfil ideológico.
También se ha destacado por su firme defensa del pueblo palestino. Apoyó activamente a los estudiantes que protestaron contra el conflicto en Gaza y denunció el papel de Estados Unidos en la crisis. Esa postura, frontal y sin matices, ha generado incomodidad tanto en sectores republicanos como en el propio Partido Demócrata.
De idealista a favorito
Pese a su juventud y su corto recorrido institucional, Mamdani ha demostrado capacidad para conectar con un electorado cansado del establishment. Cuomo lo acusó reiteradamente de ser “demasiado idealista” y de no saber negociar, pero eso no impidió que captara la atención de miles de votantes neoyorquinos que ven en él una figura capaz de transformar la ciudad.
Su estrategia digital, basada en vídeos virales y mensajes directos, reforzó su imagen de cercanía. “Soy el candidato de todos los neoyorquinos”, repite como mantra. Una consigna que parece haber calado en una ciudad que atraviesa una crisis de asequibilidad, polarización política y desgaste institucional.
Con las elecciones generales a la vista, Zohran Mamdani se prepara para una nueva batalla, esta vez ante todo el electorado de Nueva York. Pero su mensaje está claro: “En nuestra Nueva York, el poder pertenece al pueblo”. Y ese pueblo —diverso, progresista y políticamente activo— podría llevarlo a convertirse en el primer alcalde musulmán, inmigrante y socialista democrático de la ciudad más emblemática de Estados Unidos.
