El equipo de Miranda de Ebro tumba al Oviedo en la ida de la final del playoff de ascenso y sueña con Primera División
Nadie lo esperaba, nadie apostaba por ello, pero el CD Mirandés está a solo 90 minutos de hacer historia: subir por primera vez a Primera División. El conjunto de Miranda de Ebro venció este domingo por 1-0 al Real Oviedo en la ida de la final del playoff de ascenso y viajará a Asturias con ventaja. Una gesta que pondría al modesto equipo burgalés en la misma categoría que Real Madrid y Barcelona… y que amenaza con desplazar del imaginario colectivo al hombre que ha definido hasta ahora la historia del club: Pablo Infante.
De Infante a Reina: un relevo histórico
Fue Alberto Reina, en el minuto 3, quien desató la locura en el Estadio de Anduva con un tempranero tanto que sirve de ventaja mínima pero psicológicamente gigantesca. Desde entonces, el Mirandés resistió con orden y corazón, liderado por el espíritu inconfundible de Pablo Infante, presente en la grada y en el alma del equipo.
El Oviedo, sin su referente Santi Cazorla por molestias, encontró dificultades para igualar. Raúl Fernández, portero rojillo, se convirtió en héroe en el minuto 80 al detener un penalti a Santiago Colombatto y evitar el empate, tras una revisión del VAR por mano de Rincón.
El fantasma amable de Pablo Infante
Cada paso que da el Mirandés hacia la gloria revive, pero también amenaza con superar, la figura de su héroe más querido: Pablo Infante, el banquero que paralizó el país en 2012 cuando, desde una Segunda B de barro y esperanza, lideró a los rojillos hasta unas históricas semifinales de Copa del Rey, eliminando a gigantes como el Villarreal y el Espanyol.
Infante, máximo goleador de aquella edición copera, vivía una doble vida: vendía hipotecas por las mañanas en su banco y marcaba goles por las tardes. Aquel episodio, culminado con la famosa entrevista en la que respondió al periodista Juanma Castaño con un estoico “Fiesta para ellos, que han ganado”, forjó su leyenda en el fútbol modesto nacional.
De la leyenda a la élite
Ahora, más de una década después, los discípulos de Infante tienen la oportunidad de superar su legado en otro terreno: el ascenso a la élite. Tras dejar en el camino al Racing de Santander en semifinales, en un duelo entre tercer y cuarto clasificado de la fase regular, los de Veljko Paunovic afrontan la vuelta en el Carlos Tartiere con una ventaja que podría cambiar para siempre la historia del club y del pueblo de Miranda de Ebro, de apenas 36.000 habitantes.
El sábado, Oviedo dictará sentencia. Allí se sabrá si este Mirandés entra en la historia por una hazaña inédita o si el recuerdo de Infante seguirá, como hasta ahora, coronando el relato romántico del fútbol español.
