El presidente de Ceuta, Juan Vivas, compareció junto al Padre Ángel para abordar la grave crisis migratoria que afecta a la ciudad, centrada en la sobrecarga de menores migrantes no acompañados. Vivas ha apelado a una intervención urgente por parte del Gobierno central y de las comunidades autónomas, destacando la sobreocupación del 422% en el sistema de acogida local y la creciente entrada de menores. A su vez, ha subrayado la solidaridad del pueblo ceutí en esta crisis y ha exigido una solución estructural con el apoyo de toda España y la Unión Europea
En una comparecencia marcada por la urgencia y la preocupación, el presidente de Ceuta, Juan Vivas, se dirigió a la ciudadanía y a las instituciones para lanzar un mensaje claro: Ceuta está al límite en su capacidad de acogida de menores migrantes no acompañados, y la situación empeora con cada día que pasa sin una respuesta contundente por parte del Gobierno central y las comunidades autónomas.
Vivas compareció junto al Padre Ángel, fundador de la ONG Mensajeros de la Paz, quien también se ha desplazado a Ceuta para ofrecer su apoyo. Ambos destacaron la magnitud de la crisis humanitaria que enfrenta la ciudad autónoma, que, según las cifras oficiales, acoge actualmente a 459 menores, superando en un 422% su capacidad máxima. En lo que va de agosto, han llegado 219 menores migrantes, lo que eleva el total anual a 660, una cifra alarmante que duplica con creces los registros del año anterior.
Un SOS sin respuesta inmediata
El presidente Vivas recordó que el pasado 15 de agosto el Gobierno de la Ciudad lanzó un SOS al Gobierno de la Nación y a las comunidades autónomas, solicitando apoyo urgente para gestionar la crisis de menores. Sin embargo, lamentó que «desde el jueves hasta hoy ha pasado una semana y la situación ha empeorado». En este periodo, el flujo de entradas de menores ha continuado sin un número equivalente de salidas, agravando la saturación de los centros de acogida.
El lunes anterior, Vivas se reunió con el Padre Ángel para informarle de la situación crítica que vive Ceuta. «La respuesta del Padre Ángel fue inmediata: ‘Me voy a Ceuta’», relató Vivas, destacando la actitud solidaria del sacerdote y su disposición para ayudar en lo que esté a su alcance.
Cinco líneas de actuación y una petición de auxilio nacional
En su intervención, Juan Vivas detalló las cinco líneas de actuación en las que está centrado el Gobierno de Ceuta para afrontar la crisis. La primera es completar el plan de contingencia para agilizar la salida de menores, un proceso que ha sido difícil de ejecutar debido a la falta de coordinación y recursos. La segunda línea consiste en explorar una nueva vía para trasladar menores a la península a través de entidades humanitarias del tercer sector, manteniendo Ceuta la tutela de los menores y contando con la autorización de las comunidades autónomas de destino.
La tercera línea de actuación, según explicó Vivas, se basa en ampliar la capacidad de acogida en la ciudad, aunque reconoció que «las posibilidades son ya muy limitadas» debido al gran esfuerzo que ya se ha realizado para cuadruplicar la capacidad de los centros. «Estamos trabajando para encontrar nuevas opciones de ampliación», afirmó.
En cuarto lugar, el presidente ceutí solicitó al Gobierno central la habilitación de recursos adicionales, tanto en instalaciones como en medios, para poder acoger a los menores que siguen llegando a la ciudad. Finalmente, Vivas destacó la necesidad de que el Estado financie esta emergencia, cubriendo los gastos que está asumiendo Ceuta para atender la situación de manera urgente y explorando nuevas vías de traslado de menores a la península.
La importancia de la solidaridad y la implicación de todos
A pesar de la gravedad de la situación, Vivas destacó la actitud solidaria del pueblo ceutí, que una vez más ha demostrado estar a la altura de las circunstancias. «Ceuta está mostrando una actitud solidaria difícilmente superable en esta situación crítica, como tantas otras veces ha ocurrido», señaló el presidente, subrayando la capacidad de la ciudadanía para responder a los desafíos con responsabilidad y empatía.
Sin embargo, el presidente insistió en que la solución a este problema no puede recaer exclusivamente en Ceuta. «Si todos asumimos que este es un asunto de todos, el problema dejará de ser solo de Ceuta, de Canarias, o de cualquier otra comunidad que se vea especialmente tensionada», afirmó Vivas, pidiendo que este fenómeno se aborde «de manera solidaria, responsable y con sentido de Estado».
El presidente también hizo hincapié en la necesidad de que exista una voluntad de entendimiento entre las administraciones y los distintos niveles de gobierno. «Es imprescindible que haya colaboración entre las administraciones y voluntad de acuerdo en el plano institucional y político», subrayó. Para Vivas, la coordinación y la cooperación son clave para encontrar una solución a largo plazo que permita gestionar de manera efectiva la llegada de menores migrantes.
Una crisis humanitaria que requiere una solución estructural
El presidente de Ceuta advirtió que, si bien la prioridad actual es hacer frente a la emergencia, no se puede obviar la necesidad de sentar las bases para una respuesta estructural a un fenómeno que es recurrente. «No podemos quedarnos solo en socorrer la emergencia; es necesario dar una respuesta de carácter estable a un fenómeno estructural», dijo Vivas. Según explicó, esta respuesta debe contemplar cambios en los ámbitos regulatorios, jurídicos, presupuestarios y de instalaciones, asegurando que se disponga de los recursos necesarios para evitar que la ciudad siga enfrentándose a situaciones de colapso como la actual.
Vivas reiteró que España, como país, tiene la capacidad y los recursos necesarios para ofrecer una solución estable a este fenómeno migratorio, pero insistió en que esto solo será posible con la implicación decidida del Gobierno central, las comunidades autónomas y el apoyo de la Unión Europea.
El apoyo del Padre Ángel y un mensaje de esperanza
El Padre Ángel, quien también tomó la palabra durante la comparecencia, expresó su solidaridad con la situación que atraviesa Ceuta y destacó el valor y la humanidad del pueblo ceutí. «El pueblo de Ceuta es un ejemplo de solidaridad», afirmó el sacerdote, quien elogió la capacidad de la ciudad para acoger a personas que llegan buscando un futuro mejor.
Por otra parte, Padre Ángel recordó las tragedias que enfrentan muchos migrantes en su intento por llegar a Ceuta, haciendo referencia a aquellos que pierden la vida en el mar. «Es doloroso saber que algunos no han llegado, que se han quedado en el mar», lamentó. A pesar de la dureza de la situación, el sacerdote lanzó un mensaje de esperanza y felicitó a Ceuta por su esfuerzo y dedicación.
Finalmente, el Padre Ángel hizo un llamamiento para que se deje de usar el término «menas» (menores extranjeros no acompañados), una palabra que considera despectiva. «Son niños, no menas», afirmó, pidiendo que se les trate con la dignidad y el respeto que merecen.
Reconocimiento a los profesionales y cuerpos de seguridad
Juan Vivas también aprovechó su intervención para agradecer públicamente el trabajo de los profesionales del área de menores de la ciudad, así como de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado que operan en la frontera. «Quiero reconocer la extraordinaria labor de los profesionales que están al frente de esta situación y el comportamiento ejemplar de nuestros cuerpos de seguridad», dijo el presidente.
Vivas también hizo referencia al dolor y el drama irreparable que supone la pérdida de jóvenes vidas en el mar, una tragedia que «produce una tremenda pena» en la sociedad ceutí. El presidente concluyó su intervención reiterando el compromiso inquebrantable de su gobierno con la protección de los derechos de los menores y el cumplimiento de la ley, y reafirmó su determinación de buscar soluciones a esta crisis humanitaria con la colaboración de todos los actores implicados.
En definitiva, la comparecencia de Juan Vivas y el Padre Ángel en Ceuta ha servido para lanzar un mensaje claro de alerta sobre la gravedad de la situación migratoria en la ciudad, al mismo tiempo que han subrayado la necesidad de una respuesta solidaria y coordinada por parte de todas las instituciones y de la sociedad en su conjunto.