A solo 72 horas de la votación clave en el Congreso sobre la reducción de la jornada laboral a 37,5 horas, la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, mantiene la firme determinación de sacar adelante su proyecto estrella, pese a la oposición contundente de Junts. La formación independentista catalana mantiene su veto y exige que la normativa se adapte a las particularidades de Cataluña, bloqueando de momento cualquier avance legislativo.
El debate de las enmiendas a la totalidad, que se celebrará este miércoles, decidirá si la ley continúa su tramitación o queda archivada. PP, Vox y Junts han presentado vetos que, al votarse conjuntamente, sumarían 178 votos, suficientes para frenar la iniciativa. La CEOE y la patronal catalana observan de cerca la situación, mientras desde el Ministerio de Trabajo se mantienen esperanzas de un giro de última hora por parte de Junts, aunque reconocen que las negociaciones de casi un año no han logrado desbloquear la resistencia del partido de Puigdemont.
A pesar de la presión, Díaz ha optado por no involucrar al PSOE en las conversaciones, confiando únicamente en el diálogo técnico que mantiene directamente con Junts. “La volveremos a llevar, mi paciencia es infinita”, aseguró la vicepresidenta, anticipando que, si la ley es rechazada, volverá a presentarla y a buscar apoyo en el Consejo de Ministros.
En Sumar admiten el riesgo de un posible fracaso en la votación, pero confían en que la presión social pueda sostener la iniciativa en el futuro, mientras Junts decide si dar un “respiro” al Gobierno o mantenerse alineado con PP y Vox en la votación.