Donald Trump, el expresidente de Estados Unidos, ha decidido revocar todos los trámites migratorios para los países considerados «del tercer mundo». Esta drástica medida surge poco después de un tiroteo que tuvo lugar en Washington, donde un guardia nacional perdió la vida y otro resultó herido. Los informes iniciales indican que el presunto atacante es un afgano que llegó a EE.UU. en 2021, como parte de un polémico programa de reubicación destinado a ayudar a los colaboradores afganos tras la retirada militar de Estados Unidos.
El exmandatario justificó su decisión afirmando que permitirá una recuperación total del sistema migratorio. Este anuncio también se produce en el contexto de un creciente debate sobre la seguridad y la inmigración en el país, así como las implicaciones de los programas de reasentamiento impulsados por la administración anterior.
La noticia del ataque generó inquietud en las autoridades, que identificaron al autor como alguien que se benefició del programa de reasentamiento que permitió la entrada a más de 70,000 afganos tras el colapso del gobierno en Kabul en 2021. Trump aprovechó esta tragedia para promover su agenda de control migratorio, impulsando un discurso que apunta a la reducción del flujo de inmigrantes desde naciones que considera problemáticas.
En paralelo a la medida de suspensión de trámites, Trump ha informado que su administración también eliminará subsidios y beneficios federales para personas no ciudadanas. Este enfoque ha sido criticado por activistas y defensores de los derechos humanos, quienes argumentan que socava los esfuerzos de ayudar a aquellos que realmente necesitan asilo y protección.
Las reacciones al anuncio han sido diversas. Mientras algunos lo aplauden como una acción necesaria para velar por la seguridad nacional, otros lo critican por su naturaleza discriminatoria y por perjudicar a un gran número de personas que buscan refugio en Estados Unidos debido a crisis humanitarias en sus países de origen.
El Departamento de Seguridad Nacional (DHS) ha expresado su postura en relación al incidente. Aseguran que el atacante afgano había llegado a Estados Unidos en septiembre de 2021 bajo condiciones de reasentamiento, después de que las tropas estadounidenses se retiraran del país asiático, lo que dejó en un estado de vulnerabilidad a muchos colaboradores locales.
El 2021 fue un año dramático para Afganistán, marcado por el regreso al poder de los talibanes, lo que obligó a miles a buscar refugio en el extranjero. Sin embargo, la seguridad y el proceso de reasentamiento han presentado desafíos significativos, que ahora están bajo una nueva sombra con las amenazas de Trump.
Finalmente, solo horas antes de que Trump hiciera su anuncio, el Servicio de Ciudadanía e Inmigración de Estados Unidos (USCIS) había comunicado la paralización de todas las peticiones migratorias de afganos. Además, se está llevando a cabo una revisión exhaustiva de las solicitudes de residencia de personas de 19 nacionalidades que provienen de lo que se denomina «países de preocupación», como Cuba, Venezuela y Haití.
















