Este jueves se cumplen cincuenta años del fallecimiento de Francisco Franco, aunque, según declaraciones recientes, la fecha exacta podría ser distinta. Antonio Piga, uno de los forenses encargados de embalsamar al dictador, asegura en una entrevista que Franco murió un día antes de lo que se había divulgado oficialmente.
Según Piga, el generalísimo falleció el 19 de noviembre de 1975, y no el 20 como siempre se ha sostenido. “Cuando nosotros llegamos al Hospital de La Paz alrededor de las 23:30, el caudillo llevaba muerto varias horas. Al final de la intervención firmamos un papel con la hora exacta”, declaró.
La noticia se comunicó oficialmente a través de la histórica alocución de Carlos Arias Navarro, y el primer medio en publicarla fue Europa Press, que envió un teletipo a sus abonados a las 04:58 de la madrugada del día 20.
En la entrevista, Piga ofrece además detalles inéditos sobre los preparativos del régimen para la muerte del dictador. Durante un mes, transportó en dos maletas negras todo el material necesario para embalsamar a Franco, que guardó en el maletero de su coche con temor a que fuera robado.
El forense también supervisó el cadáver durante los días de exposición pública en la capilla ardiente. Relata cómo retiró una gota de condensación que apareció en la cara del dictador, causada por la combinación de los focos de luz y el frío exterior.
Piga reflexiona sobre la impresión que le causó el cuerpo: “Era un cuerpo anciano y desgastado. La muerte acaba equiparando a todo el mundo”, afirma.
Este testimonio no solo aporta detalles inéditos sobre los últimos momentos de Franco, sino que también plantea una revisión de la cronología oficial de uno de los hitos históricos más conocidos de España del siglo XX.








