El Kremlin ultima una reforma legal que permitirá a Vladimir Putin desplegar hasta dos millones de reservistas en operaciones militares fuera de Rusia sin necesidad de declarar una movilización general como la de 2022. El proyecto, elaborado por el Ministerio de Defensa, otorga al presidente autoridad para convocar a miembros de la reserva a misiones “defensivas” o entrenamientos especiales de hasta dos meses, incluso en tiempos de paz.
Según el Instituto para el Estudio de la Guerra (ISW), la iniciativa supone un paso más en la preparación del país para un conflicto prolongado y la posibilidad de futuras ofensivas. La propuesta levanta restricciones clave sobre el uso de reservistas en combate y permitiría enviarlos a frentes activos como Ucrania, o a futuras operaciones militares en el extranjero.
El Gobierno ruso aprobó el proyecto de ley el pasado 13 de octubre. Su nota explicativa señala que los reservistas podrían ser desplegados durante conflictos armados, operaciones antiterroristas o misiones fuera del territorio nacional. “Estos tecnicismos legales limitaban la flexibilidad del Ministerio de Defensa, pero ahora se han eliminado”, reconoció el diputado Aleksei Zhuravlyov, vicepresidente del Comité de Defensa de la Duma, quien estimó que hasta dos millones de personas podrían ser llamadas a filas.
Para los analistas, esta medida otorga al Kremlin un margen de maniobra decisivo. “Es para usar tropas sin declarar una movilización. Putin se está preparando para futuras guerras y se deja las manos libres”, explica Grigory Sverdlin, fundador de la ONG rusa Idite Lesom, dedicada a asesorar a quienes buscan evitar ser enviados al frente. La reforma, apunta, responde más a un escenario futuro que al presente: “Cuando la movilización termine, el Gobierno necesitará más tropas en Ucrania o en otras guerras”.
Rusia ha reforzado su maquinaria militar durante todo 2025. Los anuncios de reclutamiento en redes sociales aumentaron un 40% respecto al año anterior, y las reformas en el sistema de reclutamiento facilitan el llamamiento continuo durante todo el año. Ahora las notificaciones de alistamiento se envían por vía electrónica y son consideradas válidas siete días después, complicando los intentos de evasión o salida del país.
El contexto militar sigue siendo sangriento. Las estimaciones del proyecto ucraniano Quiero vivir calculan que las fuerzas rusas han sufrido más de 86.000 bajas mortales en los primeros ocho meses de 2025, además de decenas de miles de desaparecidos y hospitalizados. Los registros de Mediazona y la BBC confirman más de 135.000 muertes desde el inicio de la invasión en 2022.
“Todo el aparato estatal ruso se está orientando hacia la guerra: desde la educación y la sanidad hasta la industria y la propaganda”, alerta el analista Egor Kuroptev, del EK Strategic Communications Center. A su juicio, el Kremlin no solo prepara el presente conflicto, sino que se blinda ante una era de enfrentamientos prolongados con Europa como horizonte.





