Las alarmas han sonado en Ucrania ante las recientes sospechas de corrupción que han alcanzado al Ministerio de Justicia, afectando directamente a su titular, Herman Galushchenko. Este miércoles, el gobierno de Volodimir Zelenski tomó la decisión de suspenderlo debido a su supuesta participación en un esquema de cobro de comisiones dentro de la empresa estatal Energoatom.
La situación se desató después de una intervención de la agencia anticorrupción ucraniana, que lanzó la operación Midas. Esta operación reveló una red de corrupción que ha llevado a la detención de varias personas, incluidos empresarios y asesores del Ministerio de Energía.
La primera ministra, Yulia Sviridenko, anunció la suspensión tras una reunión de emergencia, confirmando que la antigua viceministra Liudmila Sugak tomará las riendas del Ministerio de Justicia. Esta decisión se produce en medio de un clima de creciente desconfianza hacia el gobierno ucraniano por parte de la población.
De acuerdo con la investigación de la Oficina Anticorrupción de Ucrania (NABU), Galushchenko, quien ocupó previamente el papel de ministro de Energía, es acusado de haber participado en una red que recaudó al menos 100 millones de dólares a través de comisiones ilegales vinculadas a la adjudicación de contratos a empresas privadas.
Estos actos se desarrollan en un contexto en el que las infraestructuras energéticas de Ucrania son continuamente atacadas por fuerzas rusas, lo que resalta aún más la gravedad de las acusaciones. La población ucrania se siente traicionada, considerando que la corrupción está afectando la capacidad del país para hacer frente a los desafíos energéticos.
Timur Mindich, un empresario con vínculos estrechos a Galushchenko y al gobierno, ha sido identificado como el cerebro de esta trama corrupta. Mindich, quien tiene vínculos anteriores con Zelenski, así como con el actual jefe del Consejo de Seguridad Nacional, Rustem Umérov, parece haber estado operando con impunidad, al menos hasta el momento de su implicación.
La corrupción ha sido un problema endémico en Ucrania y la lucha contra ella es una de las exigencias que la Unión Europea ha planteado a Ucrania en sus esfuerzos por unirse al organismo. Las protestas contra el gobierno han resurgido, reflejando un creciente descontento entre los ciudadanos, quienes exigen transparencia y rendición de cuentas.
En el pasado, el gobierno de Zelenski ya había enfrentado crisis similares, donde varios funcionarios de alto rango fueron obligados a renunciar debido a investigaciones por corrupción. En un país donde la guerra en curso con Rusia ha generado exigencias de unidad nacional, tales escándalos son un duro golpe y complican aún más la recuperación y estabilidad de Ucrania.








