La crisis que sacude al PSOE se ha convertido en una oportunidad para que el sector más crítico del partido impulse una reforma interna que recupere los consensos de la etapa de la Transición. Así quedó patente ayer en el Senado, durante el homenaje al expresidente aragonés Javier Lambán, fallecido este año, donde una amplia representación del ala socialdemócrata y moderada del partido se reunió en torno a su legado.
Entre los asistentes destacaron figuras históricas y referentes críticos como Felipe González, Alfonso Guerra, Susana Díaz, Jordi Sevilla, Juan Lobato, José Luis Corcuera, Nicolás Redondo Terreros, Ignacio Urquizu y el presidente castellanomanchego Emiliano García-Page. Todos ellos, con matices, coincidieron en que la situación política exige una “catarsis” dentro del PSOE.
Consensos rotos y advertencias sobre las alianzas
Guerra fue el más explícito al denunciar las actuales alianzas del Gobierno de Pedro Sánchez:
«Muchos socialistas sentimos que es difícil aceptar que el PP sea nuestro enemigo y Bildu nuestro amigo», advirtió, subrayando que la lógica partidista se ha desvirtuado en ambos bloques.
En la misma dirección se expresó Felipe González, quien defendió “desterrar el insulto” y reconstruir puentes con el principal partido de la oposición. El expresidente alertó sobre la dependencia del Ejecutivo respecto al líder independentista Carles Puigdemont, una cuestión que, a su juicio, está condicionando la estabilidad institucional.
Cándido Méndez, ex secretario general de UGT, apeló a la memoria de Lambán asegurando que el aragonés “se rebelaba contra las cesiones al independentismo”, y afirmó que honrar su legado implica rescatar sus principios políticos.
Page avisa sobre Ábalos: “Yo tendría mucha cautela”
Uno de los momentos más tensos llegó con las declaraciones de Emiliano García-Page. El presidente castellanomanchego advirtió de las posibles consecuencias que podrían derivarse del caso Ábalos, especialmente tras la orden de prisión sin fianza contra el exministro y su antiguo asesor Koldo García.
Tras la publicación de la entrevista de Ábalos en EL MUNDO, Page redobló su advertencia:
«Hay multitud de espadas de Damocles sobre la escena política nacional», afirmó, recordando que buena parte de las pruebas del caso proceden de grabaciones realizadas por los propios implicados. “Quien hace eso, lo hace para defenderse o para atacar”, señaló, asegurando que si él fuera Sánchez “tendría la mosca tras la oreja permanentemente”.
El barón socialista reconoció que la situación afecta a todo el partido:
«Cuando el núcleo duro del entorno del presidente está en prisión o a punto de estarlo, no podemos mirar hacia otro lado. Esto nos afecta a todos, incluso a quienes estamos en posiciones distintas dentro del PSOE».
González pide una “tregua de insultos” entre partidos
En un tono más conciliador, González propuso iniciar una “tregua de insultos de un mes” entre las principales fuerzas políticas para abordar los problemas reales de los ciudadanos. Una iniciativa que, según recordó, habría hecho reír al propio Lambán.
Además, reprochó al Gobierno que los Presupuestos de 2026 queden supeditados a la decisión de Puigdemont, un hecho que, para él, “resume todo lo que nos está pasando”.
Un homenaje convertido en diagnóstico
El acto en el Senado, concebido inicialmente como un homenaje, terminó siendo un espacio de reflexión crítica sobre el rumbo del PSOE. Aunque Pedro Sánchez no estuvo presente, la sombra de su liderazgo y la crisis interna del partido sobrevoló cada conversación y declaración.
Con el partido tensionado y varios frentes judiciales abiertos, los veteranos y moderados del PSOE parecen dispuestos a aprovechar el momento para reclamar una vuelta a los consensos y un replanteamiento profundo del proyecto socialista.










