Ilyas (23 años), Zoulayman (28) , Zakarya (19), Younes (27) y Soufian (29) son cinco ciudadanos marroquíes invidentes y solicitantes de asilo, que llevan casi un año en el Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI). Dejaron sus pueblos y ciudades atrás para intentar progresar, poder continuar con sus estudios y conseguir un trabajo digno.
Denuncian que en Marruecos, las personas invidentes no tienen derechos ni un futuro digno en el horizonte. Antes se dedicaban al porteo, hasta que un día, cansados de enfrentarse a un trabajo indigno y extremadamente duro, decidieron no regresar a su tierra natal. En el horizonte tenían España y las oportunidades que ofrece para las personas invidentes.
«Huimos del país de la injusticia, el sufrimiento, el desprecio y la marginación de los ciegos. Y su falta de asistencia nos brinda una vida digna» nos explica Ilyas a las puertas del CETI. Durante la entrevista nos explicó que participaron en diversas manifestaciones en Marruecos para exigir sus derechos, pero fueron fuertemente reprimidos por la policía, y según refieren uno de los manifestantes murió al caer del techo del ministerio en Rabat.
«Esto fue muy duro» aseguran, tras estas protestas «fuimos a trabajar a Ceuta como porteadores, allí había muchas personas que nos golpearon y empujaron y la mercancía era muy pesada. Dormimos toda la noche en el suelo, frío… era invierno» recuerda. «Había muchos peligros, y tuvimos que soportar golpes, empujones e insultos» relata. Una experiencia que les llevó a decidir pedir asilo en España «por derechos y una vida digna».
Aseguran que aquí están bien porque «respetan a la persona ciega» y desean ir a la Península porque «este centro no nos conviene como personas ciegas, encontramos muchas dificultades… salimos solos, sin compañía y el centro no está adaptado» refieren.
Estos cinco solicitantes de asilo, nos cuentan que han sufrido «ataques» de otras personas cuando salen a la calle, «nos han lanzado botellas de vidrio, el coche de una mujer golpeó la mano de nuestro amigo y le causó un dolor intenso», aseguran que esto les pasa porque no tienen guías, ni acompañantes ni transporte adaptado para ellos «todos los refugiados tienen a su abogado en el centro a nosotros nos resulta difícil salir e ir solos, sin ayuda».
Quisieron aprovechar su entrevista en El Foro de Ceuta para hacer un llamamiento «a las asociaciones de derechos humanos para que nos defiendan, a fin de obtener todos nuestros derechos. Queremos ir a la Península para una vida mejor». También quisieron agradecer a la Policía Nacional «su amable trato», y también al Gobierno central a quien le piden que les ayuden porque «tenemos una necesidad desesperada de ayuda«.













