Una de las principales reformas de la normativa de arrendamientos otorga a los inquilinos el derecho a permanecer en la vivienda hasta un máximo de cinco años, incluso si el propietario desea rescindir el contrato. Esta medida, prevista en el Real Decreto‑ley 7/2019 y la Ley 12/2023, del Derecho a la Vivienda, protege al arrendatario siempre que cumpla con los pagos y demás obligaciones pactadas.
El Gobierno ha reforzado la protección de los arrendatarios con una medida que dificulta que los propietarios puedan recuperar sus viviendas antes del plazo mínimo establecido. Según la reforma del Real Decreto‑ley 7/2019, los contratos de alquiler para vivienda habitual firmados a partir del 6 de marzo de 2019 contemplan un derecho de permanencia que impide al arrendador exigir la salida del inquilino antes de los cinco años, si se trata de una persona física, o siete años en el caso de personas jurídicas.
Para que este derecho de permanencia sea aplicable, es imprescindible que el arrendatario cumpla con todas las obligaciones del contrato: estar al corriente de los pagos, respetar las condiciones pactadas y no haber incurrido en causas de resolución. En estas circunstancias, aunque el propietario manifieste la voluntad de no renovar, el inquilino puede permanecer en la vivienda en función del plazo legal y contractualmente establecido.
Desde el Ministerio de Vivienda y Agenda Urbana se destaca que la medida busca otorgar más seguridad a los arrendatarios en un mercado cada vez más tensionado.
Las asociaciones de propietarios han expresado su preocupación, ya que la ampliación de los plazos puede reducir la flexibilidad para disponer de sus inmuebles. No obstante, para los inquilinos representa una garantía adicional en un contexto de subida continua de los precios del alquiler en ciudades como Madrid o Barcelona.
En resumen, los contratos de arrendamiento que incluyan el derecho de permanencia y se adapten a la normativa vigente permiten que el arrendatario pueda permanecer en la vivienda hasta cinco años, siempre que respete sus obligaciones. Los propietarios, por tanto, deben tener en cuenta estos cambios legales al firmar nuevos contratos o negociar rescisiones anticipadas.










