Un acuerdo sin precedentes entre Israel y Hamás puso fin este martes al cautiverio de los últimos 20 rehenes israelíes que permanecían con vida en manos del grupo islamista. A cambio, las autoridades israelíes liberaron a cerca de 2.000 prisioneros palestinos, en una operación seguida con enorme expectación a ambos lados del conflicto.
En Tel Aviv, miles de personas se congregaron en plazas y calles para recibir entre lágrimas y aplausos a los cautivos liberados, muchos de ellos tras meses de encierro. La emoción fue palpable mientras las familias se reencontraban en medio de una fuerte cobertura mediática y un amplio dispositivo de seguridad.
En Gaza y Cisjordania, la liberación de los presos palestinos fue recibida con celebraciones masivas. Multitudes ondearon banderas y corearon consignas en favor de la resistencia, mientras los recién excarcelados eran recibidos como héroes por sus familiares y comunidades.
El intercambio, mediado por Egipto y Catar, representa uno de los mayores gestos humanitarios desde el estallido del conflicto y podría abrir una ventana de oportunidad para el diálogo, aunque la desconfianza mutua sigue siendo profunda.