Un reciente informe del Consejo Económico y Social (CES) ha revelado que tres millones de niños en España son hijos de al menos uno de sus padres con origen migrante, lo que refleja el papel esencial que juega la inmigración en la demografía del país.
El estudio, que fue solicitado por el departamento dirigido por Elma Saiz, pretende contribuir a la elaboración de políticas que fomenten una migración ordenada, segura y regular, mientras aborda los desafíos que presenta esta realidad social.
Con un 19% de la población española nacida en el extranjero, y un 14% con nacionalidad distinta a la española, se destaca el impacto de la inmigración en el crecimiento poblacional del país. A estos datos se suman los tres millones de hijos de padres migrantes, lo que resalta su contribución demográfica significativa.
Según el CES, la inmigración ha servido como un amortiguador del declive demográfico que ha afectado a España en las últimas décadas. Este fenómeno ha permitido que el país mantenga una población activa y dinámica en medio de los retos sociales y económicos que enfrenta.
El informe también indica que actualmente hay una significativa presencia de 9,5 millones de inmigrantes en España, aunque no se dispone de cifras precisas sobre la cantidad de menores, ya que muchos de ellos han nacido en el país y poseen nacionalidad española.
Las mujeres migrantes representan una parte esencial de esta población, constituyendo el 52% de los inmigrantes. Sin embargo, se enfrentan a desafíos únicos y a una mayor vulnerabilidad frente a la violencia de género, debido a su doble condición de mujer y migrante.
A pesar de estos desafíos, se observa un cambio positivo en la movilidad internacional de las mujeres, quienes hoy en día emprenden su viaje de manera más autónoma y son cruciales en sectores como la sanidad, el hogar y el comercio, entre otros.
El CES subraya la importancia de desarrollar políticas que no solo atiendan a los inmigrantes en términos de regularización y trabajo, sino que también fortalezcan la protección de la infancia y la convivencia intercultural, promoviendo así una integración efectiva en la sociedad española.
Finalmente, el informe concluye con un llamado hacia un Pacto de Estado por la convivencia, abogando por una visión equilibrada y realista de la inmigración que aborde sus múltiples dimensiones y contribuciones a la sociedad española.








