El reciente Festival Internacional de Cortos de Daroca, en su XIV edición, destacó la calidad y sensibilidad de las obras presentadas, entre las que sobresalió el cortometraje «Café Amargo» al obtener el Premio al Mejor Corto Penitenciario, un reconocimiento que subraya el valor de proyectos creativos desarrollados en ambientes sensibles.
En esta edición participaron más de 1050 cortometrajes provenientes de 60 países, lo que refleja la magnitud y diversidad del certamen. La competencia fue intensa y exigente, donde la originalidad y el contenido social jugaron roles fundamentales para la concesión de los galardones.
«Café Amargo» contó con un guion original y dirección artística a cargo de Carmen J., una trabajadora social comprometida con la temática tratada. Su visión profesional y humana aportó profundidad y autenticidad al relato, que aborda situaciones relacionadas con la vida penitenciaria.
La edición, montaje y producción del corto estuvieron dirigidos por el funcionario Moisés D., quien junto a Carmen recogió el galardón en una emotiva ceremonia. Ambos reconocieron el esfuerzo conjunto del equipo y la importancia de trabajar colaborativamente para alcanzar este importante logro.
El rodaje se desarrolló tanto en el interior como en el exterior del centro penitenciario, un proceso que requirió la cooperación y la confianza de diversas partes involucradas. La logística y la planificación fueron claves para sortear las dificultades propias de estos escenarios.
Particularmente, la participación activa de los internos fue fundamental, pues ellos aportaron «ganas, pasión y alma» al proyecto, lo cual se manifestó en la autenticidad y profundidad de los personajes y situaciones mostradas. Este involucramiento no solo enriqueció la obra, sino que también generó un impacto positivo en quienes participaron directamente.
El reconocimiento de «Café Amargo» en el Festival de Daroca es un testimonio del poder del arte como medio para dar voz a realidades complejas y a menudo invisibilizadas. Además, resalta la importancia de fomentar iniciativas que apoyen la inclusión y la expresión cultural en contextos penitenciarios.
En conclusión, la trayectoria de este cortometraje demuestra que con compromiso, colaboración y sensibilidad es posible crear contenidos que trasciendan fronteras y sensibilicen al público ante temáticas relevantes, enriqueciendo tanto a creadores como a participantes.







