La vigésima edición de Gran Hermano continúa enfrentándose a un arranque complicado en la parrilla de Telecinco, especialmente en lo referente a fidelizar a los seguidores históricos del reality. Tras la cancelación de La vida en directo con Jorge Javier Vázquez, la cadena optó por emitir un especial Última hora en el que Ion Aramendi condujo la tradicional ceremonia de posicionamientos.
Aunque los concursantes estaban preparados desde las ocho de la tarde, vestidos y sentados en el sofá a la espera de la conexión con el plató, la esperada dinámica no arrancó hasta pasada la una de la madrugada. Fue entonces cuando Aramendi dio paso al Súper para iniciar uno de los momentos más icónicos del formato, en el que los habitantes de la casa valoran abiertamente a los nominados de la semana.
Belén, la más señalada por sus compañeros
La primera en someterse al escrutinio fue Belén. Patricia se colocó a su espalda alegando falta de conexión: “Te falta soltarte y no centrarte tanto en tu pasión”. Íñigo y Edurne coincidieron en que la concursante “no va de frente” y a menudo “se va por las ramas”, mientras que Jonay criticó el sentido del humor de la nominada y su insistencia con los horóscopos.
Almudena, con quien protagonizó una discusión, también se posicionó en su contra, al igual que Lorena, quien señaló una simple “falta de afinidad”.
Diego recibe un duro rapapolvo
El segundo turno fue para Diego, que vivió uno de los posicionamientos más tensos de la noche. Raúl, con quien tuvo un conflicto desde el inicio, fue el más contundente: “Por chulería no puedes tirar la prueba”. Aquilino y Desirée se sumaron a las críticas por la discusión surgida a raíz de la prueba semanal. Aroa y Rocío completaron el grupo de compañeros que desean su expulsión.
José Manuel, el menos señalado
El último en recibir valoraciones fue José Manuel, nominado tras el intercambio con Mamadou gestionado por Aroa en el oasis. Pese a estar en riesgo, fue el que menos posicionamientos en contra acumuló. Mamadou, Paula, Cristian y Joon se situaron a su espalda, aunque sus argumentos resultaron menos vehementes que los dirigidos al resto de nominados.
A pesar de la hora tardía, la ceremonia logró generar expectación y volvió a colocar al programa en el centro de la conversación, en una edición que sigue buscando consolidarse tras un arranque irregular.








