Expertos alertan de un cambio preocupante en el perfil de esta enfermedad: cada vez se detecta con más frecuencia en adultos jóvenes, y los factores implicados van más allá del tabaquismo.
El cáncer de pulmón, tradicionalmente asociado a personas mayores y fumadores empedernidos, está experimentando una transformación alarmante: un número creciente de pacientes diagnosticados tienen menos de 50 años.
Según oncólogos especializados, las nuevas radiografías clínicas muestran una tendencia clara hacia un rejuvenecimiento de los casos. Hace apenas unas décadas resultaba excepcional que una persona de 40 o 45 años recibiera este diagnóstico, pero ahora su presencia en este grupo de edad ha aumentado. De hecho, hasta un 10 % de los casos podría darse en menores de 40.
Las razones detrás de este cambio no son simples. Aunque el tabaquismo sigue siendo el principal factor de riesgo, su papel ya no explica por completo este fenómeno: otros determinantes están ganando relevancia. La contaminación ambiental, la exposición crónica a sustancias carcinógenas como el radón o ciertos cambios genéticos presentes en algunos tumores tempranos se apuntan como causas al alza. Además, los oncólogos destacan que en pacientes jóvenes puede haber una biología diferente del tumor, más ligada a alteraciones moleculares y menos dependiente del tabaco.
A este perfil se suma otro dato preocupante: la aproximación de edad al diagnóstico ha tenido un impacto en mujeres, quienes representan un porcentaje creciente de estos casos jóvenes. Según el Grupo Español de Cáncer de Pulmón (GECP), la incidencia en mujeres sigue creciendo, y algunas de ellas nunca han fumado o han fumado muy poco, lo que reafirma que no todo el problema se reduce al consumo de tabaco.
En cuanto a la detección, otro reto relevante es el retraso. Aunque cada vez se emplean más técnicas de cribado precoz, muchos de los diagnósticos en jóvenes llegan tardiamente, cuando la enfermedad ya está avanzada. Esto complica el tratamiento y limita las posibilidades de curación a largo plazo.
Ante estos datos, los expertos piden impulsar programas más accesibles y precisos de detección en población más joven, especialmente en aquellos con antecedentes de exposición a contaminantes o con algún factor genético de riesgo. Además, reclaman una mayor concienciación social para desterrar la idea de que el cáncer de pulmón solo afecta a personas mayores y fumadoras.








