La economía de la eurozona experimentó un ligero aumento en su Producto Interior Bruto (PIB) durante el tercer trimestre del año, alcanzando una expansión del 0,2%. Este crecimiento se compara favorablemente con una mejora de tan solo una décima registrada en los tres meses previos, según datos publicados por Eurostat.
A pesar de esta aceleración en el crecimiento, el rendimiento total se sitúa por debajo del 0,6% reportado en el primer trimestre, lo cual pone en contexto la dinámica de la economía regional.
En el conjunto de los veintisiete países de la Unión Europea, el PIB creció un 0,3% entre los meses de julio y septiembre, superior al crecimiento del 0,2% del trimestre anterior. Este repunte es notable si se considera que el crecimiento fue del 0,5% en el primer trimestre.
La comparación anual también muestra un fuerte desempeño, ya que la economía europea ha logrado salir del estancamiento que se observó a finales de 2024. El PIB experimentó un crecimiento notable del 1,4% en los países que utilizan la moneda única del euro, y un 1,6% entre todos los Estados miembros de la UE.
El análisis de las principales economías revela que Suecia lideró el aumento en el tercio trimestre de 2025, con un crecimiento del 1,1%. Le siguieron Chipre, Portugal, Eslovenia y Polonia, todos con un incremento del 0,8%. Sin embargo, también se registraron descensos en algunas economías, como en el caso de Lituania y Rumanía, que mostraron una caída del 0,2%, además de los retrocesos observados en Irlanda y Finlandia.
En cuanto a las grandes economías de la UE, se nota una moderación en el crecimiento de España, que pasó del 0,8% en el segundo trimestre a un 0,6% en el tercero. Alemania e Italia se mantuvieron estancadas, mientras que Francia experimentó un crecimiento acelerado, avanzando de un 0,3% a un 0,5% en el mismo período.
Christine Lagarde, presidenta del Banco Central Europeo (BCE), enfatizó en su reciente conferencia de prensa que, a pesar de la ligera expansión del 0,2%, no es momento de quejarse del crecimiento actual, aunque reconoció que se pueden alcanzar mejores resultados. Su compromiso fue optimista, destacando que los tipos de interés se mantienen en un 2%.
El vicepresidente del BCE, Luis de Guindos, manifestó su perspectiva algo más positiva con respecto al crecimiento de la zona euro. Aunque calificó la expansión de julio a septiembre como «no brillante», también propuso que esto no equivale a una recesión y sustenta la esperanza de que se cumpla la previsión del banco central, que anticipa un crecimiento del PIB ligeramente superior al 1%.








