Ante varios brotes recientes y más de 2,5 millones de aves sacrificadas, el Gobierno opta por no utilizar vacunas avícolas, argumentando que podrían ocultar la presencia del virus y dificultar su detección.
En los últimos meses, España ha registrado una intensa actividad del virus de la gripe aviar (H5N1) entre explotaciones avícolas y aves domésticas. A pesar de la disponibilidad de vacunas para ciertas variantes del virus, las autoridades han decidido no utilizarlas en las aves del país.
La principal razón es que la vacunación, tal como se plantea actualmente, protege frente a la enfermedad clínica, pero no elimina completamente la infección ni la transmisión. Esto significa que las aves vacunadas podrían mantener el virus activo sin mostrar síntomas visibles, lo que permitiría que el patógeno siga circulando enmascarado.
Como alternativa, el Ejecutivo ha reforzado otras medidas de contención, como el confinamiento obligatorio de aves de corral en numerosos municipios, la prohibición de usar determinadas aguas que puedan entrar en contacto con aves silvestres y la intensificación de la vigilancia en explotaciones.
El Gobierno defiende que esta estrategia permite mantener la trazabilidad y visibilidad de los brotes, facilitando la vigilancia epidemiológica. No obstante, algunos sectores avícolas han expresado preocupación por los costes asociados a los sacrificios masivos de aves, las pérdidas económicas y el riesgo de que existan reservorios silvestres difíciles de controlar.
Además, la circulación silenciosa del virus plantea un posible riesgo de mutación o recombinación que podría favorecer su adaptación a humanos, aunque hasta el momento no se han registrado casos en España por esta variante reciente.
En definitiva, España apuesta por una estrategia basada en vigilancia activa, bioseguridad reforzada y sacrificios selectivos más que en la vacunación preventiva. Si bien esta decisión tiene respaldo desde el punto de vista epidemiológico, también genera debate sobre la sostenibilidad económica del sistema y la necesidad de planes de prevención más amplios.








