El partido de Carles Puigdemont prepara una nueva demostración del alcance de su oposición al Gobierno central en los próximos días. Junts per Catalunya tiene previsto marcar distancias con el Ejecutivo de Pedro Sánchez en dos frentes clave: la financiación singular para Cataluña y la ley sobre la esclerosis lateral amiotrófica (ELA).
Desde el inicio de la legislatura, Junts ha votado en 22 ocasiones contra el Gobierno en el Congreso de los Diputados, consolidando una estrategia de autonomía política respecto al bloque de investidura. La formación independentista insiste en que su apoyo no es incondicional y que su respaldo dependerá de los avances en los compromisos adquiridos, especialmente en materia de financiación y reconocimiento institucional de Cataluña.
Fuentes del partido subrayan que la propuesta de una financiación singular es una “línea roja” para Junts, que exige un modelo que reconozca la “singularidad fiscal y competencial” de Cataluña. Al mismo tiempo, la formación se ha mostrado crítica con el ritmo de tramitación de la ley ELA, una iniciativa que considera prioritaria para garantizar la atención y los derechos de las personas afectadas por esta enfermedad.
La posición que adopte Junts en las próximas votaciones servirá para medir el grado de tensión con el Gobierno y podría anticipar el tono de las negociaciones futuras en el Congreso, donde los votos de la formación catalana continúan siendo decisivos para la estabilidad parlamentaria de Sánchez.





