Junts per Catalunya afronta desde este martes una votación clave para definir su futuro político. Más de 6.000 militantes están llamados a pronunciarse en una consulta interna sobre la propuesta de Carles Puigdemont de romper el acuerdo de investidura con el PSOE, que permitió la reelección de Pedro Sánchez hace casi dos años.
La dirección del partido da por hecho que el resultado será abrumadoramente favorable al “sí”. Fuentes de la formación calculan que “cerca del 90%” de los participantes respaldará la decisión de poner fin al pacto con los socialistas, a quienes acusan de incumplir sus compromisos. Sin embargo, en el entorno del expresidente catalán existe cierta inquietud ante la posibilidad de una participación escasa, que podría interpretarse como un signo de desgaste interno y un debilitamiento del liderazgo de Puigdemont.
La pregunta que se formula a las bases es directa: “¿Está de acuerdo con la propuesta de la dirección nacional de dar por finalizado el acuerdo de investidura con el PSOE ante los reiterados incumplimientos de sus compromisos?”. El Consejo Nacional de Junts, máximo órgano del partido entre congresos, avaló el lunes la convocatoria, que se desarrollará entre hoy y mañana.
La dirección neoconvergente espera evitar divisiones como las que surgieron en 2022, cuando la militancia aprobó por un ajustado 55% la salida del Govern que compartía con ERC. En esta ocasión, el aparato del partido está firmemente alineado con Puigdemont, tras el relevo de dirigentes del sector más moderado, como el exconseller Jaume Giró, que dimitió en septiembre en desacuerdo con la deriva de la formación.
La ruptura con el PSOE se percibe entre los cuadros de Junts como un movimiento necesario para preservar su espacio político ante el auge de fuerzas independentistas más radicales, como Aliança Catalana, de cara a las elecciones municipales de 2027. Sin embargo, también supone admitir el fracaso de la estrategia que buscaba aumentar la influencia de Junts en la gobernabilidad de España mediante sus siete escaños en el Congreso.
Desde La Moncloa, el Gobierno de Pedro Sánchez intenta transmitir serenidad pese a la incertidumbre. La salida de Junts del acuerdo deja al Ejecutivo sin una mayoría estable, y el clima de comunicación entre ambas formaciones se ha enfriado. La detención y encarcelamiento de Santos Cerdán, principal enlace entre los socialistas y el entorno de Puigdemont, ha complicado aún más las vías de diálogo.
Fuentes del Ejecutivo reconocen que “no será fácil” mantener la legislatura hasta 2027, pero insisten en que seguirán adelante “paso a paso”. Mientras tanto, en el entorno de Puigdemont se preparan para un nuevo escenario político que podría redefinir el papel de Junts tanto en Cataluña como en Madrid.





