El expresidente catalán Carles Puigdemont ha dado por roto el acuerdo alcanzado con el PSOE, alegando que los compromisos asumidos por ambas partes “no se han cumplido”. “Un pacto que no se ejecuta es un acuerdo roto”, afirmó el líder de Junts per Catalunya (JxCat) tras la reunión de la dirección del partido, celebrada en Bruselas. La formación independentista considera que el Gobierno de Pedro Sánchez ha incumplido puntos esenciales del pacto de investidura que permitió su reelección en noviembre de 2023.
Durante la reunión, el órgano ejecutivo de Junts acordó suspender de forma inmediata las reuniones periódicas que mantenía con el PSOE en Suiza, en el marco del mecanismo de verificación internacional impulsado por ambas formaciones. Estos encuentros, supervisados por un mediador neutral, se habían concebido como una vía de diálogo para garantizar el cumplimiento de los acuerdos, entre ellos la aplicación de la ley de amnistía y el avance en la resolución del conflicto político en Cataluña.
Según fuentes del partido, la decisión responde a la “falta de avances reales” y a la “falta de voluntad” del Gobierno central para cumplir los compromisos adquiridos. “El PSOE ha demostrado que su palabra tiene un valor limitado cuando se trata de Catalunya”, señalaron dirigentes de Junts tras el encuentro. Puigdemont insistió en que el acuerdo se firmó para ser ejecutado “en su totalidad” y no como una mera declaración de intenciones.
Junts ha anunciado además que someterá la decisión de suspender el diálogo a una votación entre la militancia, en un intento de legitimar la nueva estrategia del partido. La consulta se celebrará en los próximos días y permitirá a las bases pronunciarse sobre la continuidad o ruptura definitiva de las relaciones con el PSOE.
La ruptura añade un nuevo elemento de incertidumbre a la legislatura, ya marcada por la fragilidad parlamentaria del Ejecutivo de Sánchez, que depende de los votos de Junts para sacar adelante iniciativas clave. Desde el entorno socialista, por el momento, no se ha ofrecido una respuesta oficial, aunque fuentes del Gobierno aseguran que “el diálogo sigue siendo la mejor herramienta para resolver las diferencias” y que “la puerta está abierta” para retomar los contactos.
Con esta decisión, Junts vuelve a situar el debate catalán en el centro de la política española y refuerza su estrategia de presión sobre el Gobierno. Puigdemont, que mantiene su residencia en Bélgica desde 2017, ha reiterado que su partido “no será cómplice de un incumplimiento” y que seguirá defendiendo “el mandato del 1-O” y la “autodeterminación de Catalunya” en cualquier escenario político futuro.





