Once días después del espectacular robo de ocho joyas de la corona francesa en el Museo del Louvre, la policía francesa ha detenido a siete sospechosos en el marco de una operación que mantiene en vilo a la opinión pública y a las autoridades culturales del país. A pesar de los avances en la investigación, uno de los cuatro autores materiales del golpe sigue prófugo, y las valiosas piezas —con un valor estimado de 88 millones de euros— aún no han sido recuperadas.
El atraco, perpetrado el pasado 19 de octubre en plena luz del día, ha sido calificado por los expertos como “el robo del siglo”. Los ladrones, haciéndose pasar por operarios, lograron acceder a la emblemática Galería de Apolo utilizando una grúa para alcanzar un balcón y, en cuestión de ocho minutos, se llevaron joyas de incalculable valor histórico, entre ellas la diadema de la emperatriz Eugenia y el collar de zafiros que perteneció a la reina María Amelia.
Avances en la investigación
Según confirmó la fiscal de París, Laure Beccuau, los dos primeros detenidos —de nacionalidades argelina y francesa, ambos en la treintena— fueron arrestados el pasado sábado y han reconocido “parcialmente los hechos”. Los sospechosos cuentan con antecedentes por tráfico y robo agravado, y uno de ellos fue capturado en el aeropuerto de Roissy cuando intentaba volar a Argelia sin billete de regreso. El segundo fue detenido cerca de su domicilio en Aubervilliers, al norte de París.
En la noche del miércoles, la investigación dio un nuevo giro con la detención de otros cinco sospechosos en París y sus alrededores. Uno de ellos, considerado “objetivo prioritario” de los investigadores, fue vinculado al robo gracias a pruebas de ADN. “Era uno de los sospechosos que teníamos en el punto de mira”, explicó la fiscal, que subrayó la “excepcional movilización” de más de un centenar de agentes de la Brigada de Represión de Bandas Organizadas (BRB) y de la Oficina Central de Lucha contra el Tráfico de Bienes Culturales (OCBC).
Sin indicios de cómplices internos
Las primeras conclusiones de la fiscalía descartan, por ahora, la existencia de cómplices dentro del museo. “Nada en esta etapa sugiere que los autores tuvieran apoyo interno”, señaló Beccuau. Aun así, los investigadores no descartan la implicación de una red más amplia que haya colaborado en la planificación o en el ocultamiento del botín.
Mensaje a los custodios de las joyas
En declaraciones a la emisora RTL, la fiscal lanzó un mensaje directo a quienes pudieran estar ocultando las joyas: “La Justicia tendrá en cuenta que en este robo no se causó ningún daño físico, y la cooperación con la investigación será considerada en la sentencia”. El objetivo, según explicó, es recuperar un patrimonio “de valor histórico incalculable” para Francia.
Reapertura del Louvre
Mientras tanto, el Museo del Louvre ha reabierto sus puertas entre estrictas medidas de seguridad y con un debate abierto sobre la eficacia de sus protocolos de protección. El robo ha dejado al descubierto vulnerabilidades en la seguridad del museo más visitado del mundo, que alberga piezas únicas del patrimonio universal.
La “caza” del cuarto ladrón y del paradero de las joyas continúa, con las autoridades francesas decididas a resolver uno de los casos más impactantes de los últimos años en el ámbito del arte y el patrimonio cultural.





