Telefónica ha anunciado una drástica reducción de su dividendo previsto para 2026, que quedará reducido a la mitad, dentro de su nuevo plan estratégico a cinco años. La decisión ha tenido una inmediata reacción negativa en los mercados, con una fuerte caída de sus acciones en Bolsa.
El plan presentado por la compañía contempla un crecimiento anual de los ingresos de entre el 1,5% y el 3,5%, pero no incluye ninguna gran operación corporativa ni adquisiciones relevantes, algo que los inversores esperaban como catalizador de valor.
Con este nuevo enfoque, Telefónica busca reforzar su solidez financiera y centrarse en la eficiencia operativa, aunque los analistas consideran que la rebaja del dividendo podría lastrar el atractivo del valor a corto plazo.
El grupo, que afronta un entorno de competencia intensa y una evolución tecnológica acelerada, confía en que las medidas anunciadas sienten las bases para un crecimiento sostenible, aunque el mercado ha recibido el anuncio con un tono claramente pesimista.




