Lo que debía ser una noche de alegría en Vallecas terminó convertida en una jornada de alta tensión. El Rayo Vallecano logró una sufrida victoria por 3-2 ante el Lech Poznan en la tercera jornada de la Conference League, pero el triunfo quedó ensombrecido por los incidentes dentro y fuera del campo, y por la inesperada espantada de su técnico, Íñigo Pérez.
Batalla campal en las calles de Vallecas
Las horas previas al encuentro estuvieron marcadas por graves disturbios en el barrio madrileño. Más de 200 miembros de los Bukaneros, el grupo ultra del Rayo, se enfrentaron con palos y bengalas a los Terror Machine, hinchas radicales del conjunto polaco. La pelea, que se prolongó durante la noche del miércoles al jueves, dejó imágenes de auténtica batalla campal, aunque durante el partido no se registraron incidentes destacables en las gradas.
Tensión en el palco y enfado institucional
El clima tampoco fue tranquilo en el palco del Estadio de Vallecas. Un vídeo publicado por el Lech Poznan en tono irónico, mostrando las humildes instalaciones del club madrileño, desató la indignación del presidente rayista, Raúl Martín Presa.
El mandatario calificó la actitud polaca de “falta de respeto” y, visiblemente molesto, evitó mantener cualquier trato con los dirigentes visitantes. “Reírse de la humildad o la pobreza de la gente me parece lamentable”, declaró en El Partidazo de la Cadena COPE. “Con gente que ataca nuestros valores no voy a tener condescendencia”.
Bronca en el banquillo
El momento más tenso llegó en el minuto 55 del partido. Con el Rayo perdiendo 0-2, Íñigo Pérez ordenó un cuádruple cambio que incluyó la sustitución del lateral derecho Iván Balliu. Apenas segundos después, las cámaras captaron una fuerte discusión entre ambos en el banquillo.
La escena sorprendió especialmente por la buena sintonía que, hasta ahora, mostraban técnico y jugador. De hecho, Balliu había elogiado públicamente a Pérez un día antes del encuentro, destacando que su renovación hasta 2027 se debió en parte a la confianza en el entrenador navarro.
Victoria con sabor amargo y espantada final
Pese al incidente, el Rayo protagonizó una remontada épica en apenas media hora y se impuso por 3-2, desatando la euforia en las gradas. Sin embargo, la alegría duró poco. Minutos después del pitido final, Íñigo Pérez abandonó el estadio sin atender a la rueda de prensa obligatoria.
El club explicó oficialmente que el técnico “se había encontrado indispuesto”, aunque fuentes internas hablan de un ambiente enrarecido en el vestuario y de una reunión de urgencia con los jugadores. Como consecuencia, el entrenamiento abierto previsto para el viernes fue cancelado, y la sesión se celebró finalmente a puerta cerrada.
Un Rayo dividido ante el reto del Real Madrid
El equipo franjirrojo afronta ahora un difícil compromiso liguero ante el Real Madrid en medio de la incertidumbre sobre la relación entre técnico y plantilla. Mientras tanto, en Vallecas, el fuego sigue sin apagarse tras una noche en la que el fútbol, una vez más, quedó en segundo plano.








