El Departamento de Estado de Estados Unidos ha designado al cártel de los Soles como organización terrorista extranjera (FTO), una estructura que Washington vincula a la cúpula militar y al Gobierno de Nicolás Maduro. La medida amplía el abanico legal de presión diplomática, sanciones y eventuales acciones militares en pleno refuerzo del despliegue estadounidense en el Caribe.
EE.UU. declara terrorista al cártel de los Soles
El Departamento de Estado ha confirmado la inclusión del cártel de los Soles en la lista de Foreign Terrorist Organizations (FTO), una categoría reservada a grupos extranjeros que, según la ley de inmigración y nacionalidad estadounidense, participan en “actividades terroristas” y “amenazan la seguridad de los ciudadanos estadounidenses o la seguridad nacional de Estados Unidos”.
Según la descripción oficial que maneja Washington, este entramado criminal estaría encabezado por Nicolás Maduro y conectado con altos mandos del Ejército y del Gobierno venezolano. La Embajada de EE.UU. en Venezuela ya presentaba al cártel de los Soles como una organización vinculada al poder político y militar del país.
Esta decisión llega después de que, en julio, el Departamento del Tesoro catalogara al cártel como grupo terrorista global especialmente designado (SDGT), una calificación que el Ejecutivo venezolano rechazó entonces como un “invento” de Estados Unidos.
De la acusación por narcotráfico al sello de organización terrorista
El cártel de los Soles debe su nombre, según las autoridades estadounidenses, a las insignias en forma de sol que lucen los generales venezolanos. Washington sostiene que se trata de una estructura formada principalmente por militares desde la década de 1990, implicada en narcotráfico y otras actividades ilícitas.
Las investigaciones de la DEA se remontan décadas atrás, pero no fue hasta marzo de 2020, durante el primer mandato de Donald Trump, cuando el Departamento de Justicia reconoció formalmente la existencia de esta organización. Entonces se la situó bajo el control de Nicolás Maduro y de figuras como Diosdado Cabello, señalado como uno de los principales artífices del entramado, y se la vinculó al tráfico de drogas hacia Estados Unidos y Europa.
El secretario de Estado, Marco Rubio, defendió que existe “una base fáctica suficiente” para considerar que el cártel de los Soles cumple los criterios de una FTO. En la misma línea, asoció su actuación a otros grupos ya designados, como el Tren de Aragua o el cártel de Sinaloa, a los que responsabiliza de violencia y actividades terroristas en el hemisferio americano.
Qué implica la designación como FTO
La inclusión del cártel de los Soles en la lista de organizaciones terroristas extranjeras tiene consecuencias jurídicas importantes. Como explica el politólogo Juan Manuel Trak, esta definición abre a la Casa Blanca un amplio abanico de herramientas, tanto en el plano de las sanciones económicas como en el de posibles acciones militares específicas.
El investigador Alexis Alzuru va más allá y considera que Estados Unidos ha definido con esta decisión la base legal para intervenir en un territorio, aunque la lista de FTO no mencione directamente acciones bélicas. El entonces secretario de Defensa de Trump ya adelantó que esta medida otorga “un montón de opciones nuevas” al Gobierno, que podrían incluir:
- Ataques selectivos contra infraestructuras presuntamente vinculadas al narcotráfico,
- Operaciones focalizadas lejos de centros urbanos,
- Refuerzo de operaciones de interdicción en rutas que Washington considere asociadas al cártel.
Alzuru apunta a posibles intervenciones sobre pistas clandestinas o instalaciones logísticas relacionadas con el tráfico de drogas, que representarían “la máxima intervención” que, a su juicio, podría llegar a plantear Trump en Venezuela sin entrar en un escenario de invasión convencional.
Más presión sobre Maduro en plena escalada en el Caribe
La designación del cártel de los Soles como FTO llega en un contexto de intensificación de la presión de Washington sobre el Gobierno de Maduro. En paralelo a la decisión, Estados Unidos ha reforzado su despliegue militar en el sur del mar Caribe, con una operación que la Casa Blanca presenta como una campaña contra el narcotráfico.
Como parte de esa estrategia, las fuerzas estadounidenses han llevado a cabo:
- La destrucción sumaria de una veintena de embarcaciones que califica como “narcolanchas”,
- La muerte de 83 de sus ocupantes, según los datos ofrecidos por Washington.
Para la Administración Trump, estas operaciones forman parte de una respuesta integral frente a lo que considera un régimen vinculado al crimen organizado y al terrorismo. Para el Gobierno venezolano, en cambio, son la expresión de una política de agresión e injerencia externa que busca debilitar a Caracas.
Un paso más en una relación marcada por la confrontación
Con esta medida, Estados Unidos consolida su narrativa de que la cúpula política y militar venezolana no solo ejerce una dictadura de facto, sino que además lidera una estructura criminal transnacional con efectos directos sobre la seguridad regional y la de los propios estadounidenses.
La designación del cártel de los Soles como FTO no resuelve el conflicto político, pero sí endurece el marco legal y diplomático desde el que Washington puede actuar. A partir de ahora, cualquier movimiento en el terreno económico, judicial o militar quedará amparado en una definición que coloca al entorno de Maduro en la misma categoría que otros grupos que Estados Unidos considera terroristas.










