El santoral cristiano celebra hoy, 27 de noviembre, a Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa, advocación mariana nacida en el siglo XIX y muy arraigada en España y en todo el mundo. Junto a ella, el calendario litúrgico recuerda también a santos como San Virgilio de Salzburgo, San Máximo de Riez o San Valeriano.
Este jueves 27 de noviembre de 2025, la “hora de los santos” tiene acento mariano. La Iglesia conmemora la fiesta de Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa, una advocación que hunde sus raíces en las apariciones de la Virgen María a la joven religiosa Santa Catalina Labouré en 1830, en la capilla de la Rue du Bac, en París. A partir de aquellas visiones, la Virgen pidió que se acuñara una medalla con una imagen muy concreta, destinada a repartir gracias a quienes la llevaran con fe.
En la medalla, María aparece de pie sobre el globo terrestre, aplastando la cabeza de la serpiente, con los brazos extendidos y rayos de luz que descienden hacia el mundo, símbolo de las gracias que Dios derrama por su intercesión. Alrededor, la conocida invocación: “Oh María, sin pecado concebida, rogad por nosotros que recurrimos a Vos”. En el reverso, una gran “M” coronada por una cruz, dos corazones —el de Jesús coronado de espinas y el de María traspasado por una espada— y doce estrellas que evocan a la Iglesia.
La difusión de la Medalla Milagrosa fue fulgurante: en pocos años se habían repartido miles de ejemplares por Europa y América, hasta el punto de ser llamada “la medalla milagrosa” por los numerosos favores espirituales y materiales atribuidos a su uso devoto. Hoy forma parte de la religiosidad popular de millones de católicos, y es habitual verla en rosarios, colgantes o llaveros, especialmente en países de tradición mariana como España.
En nuestro país, la devoción a la Virgen de la Medalla Milagrosa está presente en parroquias, comunidades religiosas y hermandades. No faltan templos, capillas y colegios que llevan su nombre, así como novenas y actos de consagración en torno a esta fecha. Muchas personas renuevan hoy su confianza en la protección de María llevando la medalla al cuello, regalándola a familiares y amigos o encomendando a la Virgen situaciones difíciles.
El santoral de este 27 de noviembre recuerda también a otros santos y beatos. Entre ellos destacan San Virgilio de Salzburgo, obispo y misionero del siglo VIII, vinculado a la cristianización de Centroeuropa; San Máximo de Riez, obispo francés conocido por su vida de humildad y oración; y San Valeriano, junto a una larga lista de mártires, monjes y pastores que completan la memoria litúrgica del día.
En la onomástica, hoy celebran su santo quienes se llaman Milagros, Milagro, Mila y otras variantes relacionadas con esta advocación mariana, así como los que llevan nombres como Virgilio, Máximo o Valeriano. Un motivo para la felicitación en familia y entre amigos, y para mantener viva una costumbre muy española: la de mirar cada día al santoral y recordar, en la “hora de los santos”, a las figuras que inspiran la fe y la vida cristiana.










