El Partido Popular considera que los pactos con Vox han dejado de generar rechazo social y político, y los interpreta ya como una opción normalizada dentro del escenario institucional. En la dirección del partido creen que los acuerdos con la formación de extrema derecha ya no provocan el impacto negativo que tenían en el pasado y defienden que su coste electoral es cada vez menor.
Desde el entorno popular se señala que la convivencia política con Vox se ha consolidado en diferentes administraciones autonómicas y locales, lo que ha contribuido a rebajar el temor inicial entre votantes y cuadros del partido. Esta percepción ha llevado al PP a replantear su estrategia, apostando incluso por presionar a Vox para que asuma responsabilidades de gobierno en lugar de limitarse a acuerdos externos.
La entrada de Vox en los ejecutivos, sostienen fuentes del PP, permitiría clarificar posiciones y repartir el desgaste de la gestión, además de reforzar la estabilidad parlamentaria en territorios donde los populares no cuentan con mayoría absoluta. En este contexto, el partido de Alberto Núñez Feijóo considera que la normalización de estos pactos forma parte de una evolución lógica del mapa político actual.
No obstante, esta estrategia no está exenta de debate interno, ya que algunos sectores del PP temen que una mayor visibilidad de Vox en los gobiernos pueda reactivar críticas tanto a nivel nacional como europeo. Aun así, la dirección popular parece decidida a consolidar esta línea política como uno de los ejes de su acción institucional.


















