En un momento crítico para el futuro de la Franja de Gaza, las negociaciones entre Israel y Hamás se han intensificado en Egipto, impulsadas por el reciente plan de paz propuesto por el presidente estadounidense, Donald Trump. Este acuerdo busca formalizar un alto el fuego, la liberación de rehenes y establecer un Gobierno tecnócrata en Gaza, además del controvertido desarme del movimiento islamista. Sin embargo, la aceptación de estas condiciones por parte de Hamás sigue siendo incierta.
Este miércoles, se sumará a las conversaciones el primer ministro de Catar, jeque Mohammed bin Abdulrahman al-Thani, lo que podría aportar un nuevo nivel de mediación en el conflicto. Hasta ahora, Netanyahu, el primer ministro israelí, ha enfatizado que su Ejército solo lleva a cabo operaciones defensivas desde el inicio de las negociaciones, aunque las hostilidades continúan en la región, y las explosiones se han vuelto cada vez más frecuentes en la Franja de Gaza.
Entre los puntos clave en discusión, Hamás ha solicitado la «retirada completa» de las tropas israelíes de Gaza como precondición para alcanzar cualquier acuerdo significativo. Esta solicitud fue subrayada por Khalil al-Hayya, el negociador principal de Hamás, quien expresó la falta de confianza en las promesas israelíes basándose en violaciones previas de treguas. «Queremos verdaderas garantías del presidente Trump y de los países mediadores», agregó al-Hayya.
El presidente Trump ha reiterado su compromiso en facilitar el cumplimiento del plan de paz, afirmando que existe una «verdadera oportunidad» de finalizar el conflicto. Sin embargo, su optimismo contrasta con los acontecimientos en la región, donde Israel ha conmemorado el segundo aniversario del ataque de Hamás, evento que dejó más de 1.200 muertos y que marcó el inicio de una ofensiva que ha resultado en más de 67.000 palestinos fallecidos, según cifras proporcionadas por Hamás.
La situación humanitaria en Gaza ha sido alarmante, con la ONU describiendo la crisis actual como una catástrofe. Las acusaciones de genocidio hacia Israel han sido firmemente contestadas por el gobierno israelí, que sigue defendiendo sus acciones como parte de una lucha en contra del terrorismo. Este contexto ha hecho que las negociaciones sean aún más urgentes, dado el saldo trágico y la necesidad de un alto el fuego duradero.
En otro frente, una nueva Flotilla de la Libertad ha comenzado su aproximación a Gaza, a pesar de las advertencias de Israel. Esta flotilla, que incluye a siete españoles a bordo, ha recorrido cerca de 150 millas náuticas de Gaza, una zona donde el Ejército israelí ha interceptado misiones humanitarias anteriormente. Los organizadores han declarado su intención de entregar ayuda humanitaria, aunque también han enfatizado la probabilidad de un enfrentamiento con las autoridades israelíes.
A medida que se agravan las tensiones, Israel ha liberado a otros 27 españoles que formaban parte de una flotilla anterior, pero ha mantenido a una mujer detenida bajo acusaciones de agredir a una funcionaria israelí. Este tipo de incidentes solo añade más complejidad a las negociaciones, demostrando que las líneas de conflicto son más tensas que nunca.
Mientras tanto, las conversaciones entre mediadores de Egipto, Catar y Turquía avanzan con la intención de encontrar una solución viable. Sin embargo, la desconfianza entre las partes, particularmente de Hamás hacia Israel, persiste. La paz en Gaza depende no solo del cumplimiento de garantías, sino de la voluntad de ambas partes de dejar de lado las hostilidades y buscar caminos que prioricen la vida y el bienestar de los civiles atrapados en el fuego cruzado.