El conde de Bornos, Fernando Ramírez de Haro, ejecutó la venta del retrato de Valentín Belvís de Moncada en 2012 para mitigar una «situación económica insostenible»
Un reciente fallo emitido por el Juzgado de Primera Instancia número 19 de Madrid ha zanjado un conflicto económico de naturaleza familiar. La sentencia obliga a Fernando Ramírez de Haro, conocido como el conde de Bornos y cónyuge de la expolítica del PP Esperanza Aguirre, a liquidar una deuda pendiente de 853.732 euros con su hermano, Íñigo Ramírez de Haro.
El origen del litigio se remonta a la enajenación de una pieza artística de incalculable valor histórico: un retrato pintado por Francisco de Goya que formaba parte del patrimonio familiar heredado.
La transacción se formalizó en el año 2012. En ese momento, el esposo de Aguirre vendió el retrato de Valentín Belvís de Moncada al empresario Juan Villar Mir. La operación se realizó a través de la prestigiosa casa de subastas Sotheby’s y el monto final de la venta superó los cinco millones de euros.
El pacto de liquidación por necesidad económica
Cinco meses después de la transacción, el resto de los coherederos fueron informados de la venta, motivada, según se argumentó entonces, por la «situación económica desesperada» que atravesaba el conde de Bornos, cuyas deudas ascendían a siete millones de euros.
Con el objetivo de solventar la grave crisis financiera, la familia –compuesta por cinco hermanos y la hija de un sexto ya fallecido– alcanzó un acuerdo unánime. El pacto establecía que, tras la venta del Goya, Fernando Ramírez de Haro debía compensar equitativamente a cada uno de sus hermanos con la cifra de 853.732 euros.
Sin embargo, el diplomático Íñigo Ramírez de Haro, residente en Estados Unidos, no recibió la parte pactada de la liquidación. La resolución judicial actual obliga ahora a Fernando Ramírez de Haro a ejecutar el pago de la cantidad adeudada, cerrando así la disputa generada por la gestión del patrimonio pictórico.










