A partir del 1 de enero de 2026, Hacienda comenzará a vigilar los pagos realizados con tarjeta que superen los 25.000 euros anuales, como parte de un esfuerzo por combatir la economía sumergida y mejorar el control fiscal en España. Esta medida permitirá a las autoridades fiscales rastrear las transacciones de grandes importes, garantizando así una mayor transparencia económica y ayudando a reducir el fraude fiscal en el país.
A partir del 1 de enero de 2026, Hacienda implementará una nueva medida destinada a mejorar el control fiscal y reducir la economía sumergida en España. La Agencia Tributaria comenzará a vigilar los pagos realizados con tarjeta que superen los 25.000 euros anuales, lo que permitirá un seguimiento más exhaustivo de las transacciones y una mejor trazabilidad de los gastos realizados por los contribuyentes.
Objetivo: Combatir el fraude y la economía sumergida
Con esta medida, el Ministerio de Hacienda busca detectar posibles irregularidades fiscales y evitar que se oculten ingresos mediante pagos elevados realizados con tarjetas. Esta normativa, que sigue las directrices de la Unión Europea, será especialmente relevante para los autónomos, empresas y pequeños negocios que suelen operar con grandes cantidades de efectivo o pagos no declarados.
El control no implica una prohibición de los pagos superiores a esa cantidad, pero se concentrará en aquellos que superen el umbral de los 25.000 euros, lo que permitirá cruzar esta información con las declaraciones fiscales de los contribuyentes para asegurar que no se están ocultando rentas no declaradas. La medida pretende lograr un seguimiento más eficaz de los flujos financieros y evitar el blanqueo de capitales.
Un paso hacia la transparencia económica
Este nuevo control forma parte de un esfuerzo mayor por parte del Gobierno para combatir el fraude fiscal y reducir la economía sumergida, que en España sigue siendo uno de los mayores retos. Según diversas estimaciones, la economía no declarada representa un 24% del Producto Interior Bruto (PIB), una cifra considerable que, si se reduce, podría aumentar significativamente los ingresos fiscales del Estado y mejorar los servicios públicos.
El impacto de esta medida será especialmente notable en comunidades autónomas con una mayor incidencia de economía sumergida, como Andalucía, Canarias, Extremadura o Murcia. En estas regiones, las transacciones en efectivo son comunes, y las medidas de control fiscal intentan evitar la evasión de impuestos.
La repercusión en los ciudadanos y empresas
A pesar de que la medida no prohíbe el pago con tarjeta por encima de los 25.000 euros, sí exigirá una mayor transparencia y un control más exhaustivo de las transacciones. Las personas que realicen pagos de gran volumen deberán estar preparados para justificar el origen de los fondos en caso de ser requeridos por las autoridades fiscales.
Los autónomos y empresarios tendrán que tener especial cuidado, ya que las autoridades podrán rastrear pagos masivos relacionados con sus actividades comerciales. Esto podría implicar una mayor transparencia en la gestión de sus ingresos y gastos, y una mayor presión para declarar correctamente los beneficios obtenidos.
¿Cómo funcionará el control?
La medida se ejecutará mediante el cruce de datos entre las entidades bancarias y Hacienda, lo que permitirá detectar cualquier irregularidad en los pagos realizados con tarjeta que superen el umbral de 25.000 euros. Esto no solo ayudará a combatir el fraude fiscal, sino que también permitirá obtener información más precisa sobre los flujos de dinero en la economía española.
Además, la nueva normativa se suma a un paquete de reformas fiscales que el Gobierno tiene previsto implementar en los próximos años, con el fin de mejorar la recaudación y hacer que el sistema fiscal sea más equitativo.
Un cambio hacia una economía más controlada
Con esta iniciativa, Hacienda busca garantizar que todos los ciudadanos y empresas paguen lo que les corresponde, eliminando así las lagunas fiscales y aumentando la confianza en el sistema tributario. Si bien algunos sectores podrían sentir que este control es un obstáculo para su libertad económica, la medida está orientada a fortalecer los servicios públicos y garantizar un entorno más justo para todos.
En definitiva, la implementación de este control de pagos con tarjeta no solo es un paso hacia la modernización del sistema fiscal, sino también una manera de aumentar la equidad en el país. Con el seguimiento de los pagos masivos, el Gobierno podrá obtener una imagen más clara de la economía española, lo que contribuirá a una mayor eficiencia en la asignación de recursos.








