El Ministerio de Igualdad ha detectado este martes un fallo en el sistema Cometa, encargado de gestionar las pulseras telemáticas de control a agresores de violencia de género. Según ha informado la ministra Ana Redondo, el sistema ha funcionado con lentitud durante varias horas, aunque los servicios de emergencia, como el botón del pánico, las llamadas y las alertas por proximidad, se mantuvieron operativos en todo momento.
El origen del problema, según Igualdad, se encuentra en un enrutador que distribuye los mensajes según el tipo de alerta, lo que generó incidencias recurrentes en aproximadamente un 10% de los casos y provocó una sobrecarga del sistema. El ministerio asegura que Cometa ya está en proceso de normalización y que los datos se reciben nuevamente en tiempo real.
Tras la detección del fallo, el ministerio, junto con las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, activó de inmediato el protocolo de protección a las víctimas usuarias de las pulseras antimaltrato. Redondo aseguró que ninguna víctima ha estado desprotegida y destacó que la seguridad de las mujeres no depende únicamente de los dispositivos electrónicos, sino de una red institucional de profesionales que garantiza su protección incluso ante incidencias tecnológicas.
La ministra y la delegada del Gobierno contra la Violencia de Género, Carmen Martínez-Perza, han mantenido contacto con la empresa adjudicataria, UTE Vodafone-Securitas, y han supervisado directamente la evolución de la incidencia en la sede de Cometa.
Este nuevo fallo se produce tras la polémica surgida en septiembre por errores en la base de datos de las pulseras, tras el cambio de empresa adjudicataria, que provocó la pérdida temporal de información sobre la ubicación de los agresores y generó dificultades para que los jueces pudieran verificar el cumplimiento de las órdenes de alejamiento.
Desde la implantación del sistema en 2009, más de 21.000 mujeres han utilizado pulseras antimaltrato, y actualmente hay más de 4.500 hombres con estos dispositivos. Redondo defendió la eficacia del sistema a lo largo de estos años, asegurando que ninguna mujer portadora de una pulsera ha sido asesinada, y subrayó que, aunque la tecnología puede fallar, los protocolos de protección no lo hacen.








