Este sábado marca un hito significativo en la guerra entre Ucrania y Rusia, pues se cumplen 1.365 días desde el inicio de la invasión rusa. Cada día transcurre con tensiones entre las naciones, y las discusiones sobre la paz continúan en el centro del debate internacional.
En un giro reciente de los acontecimientos, el expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha declarado que el presidente ucraniano Volodímir Zelenski «va a tener que aprobar» su nuevo plan de paz propuesto por la Casa Blanca. Esta declaración se produjo durante una conferencia de prensa en el Despacho Oval, donde Trump reafirmó su compromiso por encontrar una solución a este conflicto devastador.
El plan en cuestión ha generado controversia debido a los términos que plantea, incluyendo la cesión de territorio por parte de Ucrania a Rusia. Esta situación ha llevado a Zelenski a calificar la propuesta como una «elección difícil», donde se enfrenta a la pérdida de dignidad en su lucha por la soberanía frente a un aliado clave.
Desde la invasión inicial, las noticias han tratado de reflejar cómo se desarrolla la situación en el terreno. Por ejemplo, Zelenski fue claro al expresar que aceptar los términos de Trump representaría un dilema ético significativo para su país. En esencia, se le está pidiendo a Ucrania que sopesen la posibilidad de disminuir su ejército a 600.000 hombres y ceder el control del Donbás a Rusia.
Por otro lado, líderes europeos como Ursula von der Leyen y el primer ministro de Portugal, António Costa, han enfatizado que Ucrania debe tener voz y voto en cualquier plan de paz que afecte su futuro. Esta postura ha sido reafirmada en múltiples foros internacionales, donde se resalta la necesidad de una solución que respete la integridad territorial de Ucrania.
En este contexto, el Secretario General de la ONU, António Guterres, también ha hecho eco de la necesidad de que cualquier acuerdo que se alcance respete los derechos soberanos de Ucrania. Guterres subrayó que una resolución de paz no puede comprometer la integridad territorial del país, lo que añade un piso mínimo que cualquier negociación debe considerar.
Así, el panorama actual se presenta cargado de incertidumbres. La propuesta de Trump parece abrir canales de diálogo, pero a la vez plantea preguntas difíciles sobre la legitimidad y las implicaciones de ceder territorio a un agresor. La comunidad internacional observa con atención cómo Zelenski y su gobierno decidirán abordar esta propuesta que, a su juicio, podría impactar profundamente su lucha por la independencia.
La guerra en Ucrania continúa siendo un tema crucial de preocupación global, no solo por su impacto en la región, sino por las repercusiones que podrían extenderse a áreas como la economía mundial y la seguridad internacional. Con cada día que pasa, el pedido de una resolución pacífica se hace más urgente, y el papel de líderes como Trump será crucial en las próximas etapas de esta historia.









