Las conversaciones entre Afganistán y Pakistán en Estambul, orientadas a establecer una paz duradera entre ambos países, concluyeron este martes sin un acuerdo, según informaron fuentes cercanas a las negociaciones. El fracaso representa un duro golpe para los esfuerzos de estabilización en la región tras recientes enfrentamientos fronterizos mortales.
Ambos países habían pactado un alto el fuego hace 10 días en Doha, tras la peor escalada de violencia en su frontera desde que los talibanes tomaron el poder en Kabul en 2021. Sin embargo, en la segunda ronda de negociaciones, mediadas por Turquía y Qatar, no se logró consenso, con cada parte culpando a la otra del estancamiento.
Según una fuente de seguridad paquistaní, los talibanes se negaron a comprometerse a controlar al Talibán paquistaní, un grupo militante separado que, según Islamabad, actúa con impunidad dentro de Afganistán.
Los enfrentamientos recientes comenzaron después de ataques aéreos paquistaníes a principios de octubre en Kabul y otras localidades, dirigidos a eliminar al líder del Talibán paquistaní. En respuesta, los talibanes lanzaron ataques contra puestos militares paquistaníes a lo largo de los más de 2.600 km de frontera compartida.
El colapso de las conversaciones ha atraído la atención internacional, incluido el presidente estadounidense Donald Trump, y podría poner en riesgo el alto el fuego entre Afganistán y Pakistán, ambos con capacidad nuclear.
El ministro de Defensa de Pakistán señaló el sábado que Afganistán desea la paz, pero advirtió que la falta de un acuerdo en Estambul podría desembocar en una «guerra abierta». Durante el fin de semana, los enfrentamientos dejaron cinco soldados paquistaníes y 25 militantes del Talibán paquistaní muertos cerca de la frontera, según informó el ejército.
El futuro de la estabilidad en la región sigue siendo incierto, mientras ambos países enfrentan la presión de contener la violencia y garantizar la seguridad de la población fronteriza.





