El ‘caso Daniel Sancho’ vuelve a ocupar titulares y a alimentar la intriga que rodea al español condenado en Tailandia. Un año después de que se confirmara su condena a cadena perpetua por el asesinato del cirujano colombiano Edwin Arrieta, la cuenta oficial de Instagram del hijo del actor Rodolfo Sancho ha vuelto a activarse con un misterioso vídeo.
El contenido, publicado sin aviso, texto ni firma, muestra a un grupo de jóvenes sentadas en el suelo entonando un cántico budista titulado Adoración a las Tres Joyas, una plegaria tradicional de respeto y devoción. El vídeo, que apareció en la cuenta verificada del preso —seguida por más de 23.000 usuarios—, ha despertado una oleada de especulaciones sobre su procedencia, su significado y, sobre todo, sobre quién maneja realmente el perfil.
Un mensaje de respeto o una señal personal
Según informó El programa de Ana Rosa, el cántico podría tratarse de un gesto de luto y respeto hacia el rey de Tailandia por el fallecimiento de su madre, un evento que ha generado actos de recogimiento en todo el país. Sin embargo, el hecho de que el mensaje haya sido difundido desde la cuenta de Daniel Sancho, quien se encuentra recluido en la prisión de Surat Thani, ha despertado otras interpretaciones: desde quienes creen que podría ser una forma simbólica de comunicación del propio Sancho, hasta los que apuntan a una posible acción de terceros vinculados a su entorno familiar o legal.
Dos años de encierro y rutina estricta
Daniel Sancho lleva ya más de dos años privado de libertad. Fue detenido el 5 de agosto de 2023 en la isla de Koh Pha Ngan, después de confesar haber matado y descuartizado a Edwin Arrieta tras una violenta discusión. El tribunal consideró probado que el crimen fue premeditado y lo condenó a cadena perpetua, además de imponerle una indemnización de 105.000 euros a la familia del cirujano colombiano.
Desde entonces, Sancho permanece en la prisión de alta seguridad de Surat Thani, una de las más estrictas del país. Según su abogado, Marcos García Montes, el joven mantiene una rutina disciplinada que combina lectura, práctica de muay thai, meditación y un cuidado meticuloso de su alimentación y relaciones. “Hace tres comidas al día, lee mucho y mantiene la calma”, explicó el letrado en declaraciones a Vanitatis. También detalló que el recluso mantiene contacto regular con su entorno más cercano: “Los lunes y los jueves habla conmigo, los miércoles con su padre y los martes con un amigo psicólogo”.
La batalla judicial continúa
Pese a la dureza de la sentencia, los abogados de la familia Sancho continúan trabajando en distintas vías para intentar su traslado a España, donde podría cumplir condena bajo el convenio bilateral existente entre ambos países. El equipo de defensa ha presentado varios recursos con el argumento de que el juicio no respetó todas las garantías procesales y que la cooperación judicial internacional debería permitir la repatriación.
Mientras tanto, el entorno de Edwin Arrieta sigue reclamando justicia y reparación. Su familia, representada por el abogado Nilson Domínguez, ha reiterado que no se opondrá a los procesos legales, pero exige el cumplimiento íntegro de la condena. Domínguez, que recientemente presentó una querella contra Rodolfo Sancho por presunta difamación —aún pendiente de resolución—, insiste en que “la memoria de Edwin no debe ser ensombrecida por maniobras mediáticas”.
Un eco espiritual desde el silencio
El repentino mensaje en redes sociales ha devuelto a Daniel Sancho al centro de la conversación pública. Desde la prisión, el español apenas ha tenido contacto con el exterior, salvo contadas comunicaciones con sus abogados y familiares. En su última declaración escrita, difundida por su defensa, aseguraba mantener “esperanza en que se haga justicia” y agradecía el apoyo recibido desde España.
Ahora, la publicación de un canto budista, sin palabras ni contexto, parece actuar como una nueva pieza de un rompecabezas que sigue sin resolverse del todo. ¿Es un simple gesto religioso, una señal codificada o una maniobra simbólica de su entorno? Nadie lo sabe con certeza. Lo único claro es que, una vez más, el nombre de Daniel Sancho vuelve a resonar en los titulares, acompañado por el eco espiritual de un país que combina la fe, la justicia y el misterio en partes iguales.





