El expresidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), Luis Rubiales, ha presentado su libro “Matar a Rubiales”, una obra en la que repasa los episodios más polémicos de su etapa al frente del organismo, su caída tras el beso a Jenni Hermoso y su enfrentamiento con figuras como Javier Tebas o miembros del Gobierno. Rubiales asegura que su objetivo no es regresar al fútbol, sino “limpiar su nombre y poder trabajar tranquilo” en su país.
Rubiales explica que decidió publicar el libro tras recibir una resolución favorable de la Agencia Tributaria que, según afirma, “confirma que todo su patrimonio procede de ingresos declarados en España durante más de dos décadas”. El exdirigente sostiene que ha sido víctima de una “trama mediática y política” destinada a destruir su reputación, en la que apunta directamente al presidente de LaLiga, Javier Tebas, como uno de los impulsores.
Sobre su relación con Luis de la Fuente, actual seleccionador nacional, Rubiales asegura que “sin mí, De la Fuente no hubiera llegado nunca a seleccionador”, recordando que fue él quien lo ascendió de la Sub-19 hasta el banquillo de la absoluta. También critica a Santi Denia, de quien afirma que cambió su discurso público sobre el caso Hermoso “por miedo o conveniencia”.
El exmandatario se muestra especialmente molesto con el tratamiento mediático que recibió el episodio del beso a Jenni Hermoso tras la final del Mundial femenino. “Fue un gesto sin connotación sexual, un momento de euforia”, insiste, reiterando que solo pidió disculpas “institucionalmente” y no a nivel personal porque “no había motivo para hacerlo”. Pese a ello, reconoce que ese episodio “sirvió como excusa perfecta” para quienes buscaban su destitución.
Rubiales también se define como “igualitarista” y no como feminista, defendiendo su gestión del fútbol femenino durante su mandato: “Cuando llegué, el presupuesto era de 2,7 millones; lo subimos a 27. Creamos la Sub-23, profesionalizamos el cuerpo técnico y dimos a las jugadoras el espacio que merecían”.
Respecto al documental de Netflix sobre su caso, Rubiales lo critica por “no buscar la verdad” y asegura que rechazó participar porque ya conocía el enfoque. En cambio, colaboró con el de Discovery, aunque afirma que también se eliminaron fragmentos de sus reflexiones políticas.
El exdirigente lamenta además el rumbo que ha tomado el proyecto del Mundial 2030, del que asegura fue una iniciativa impulsada desde su mandato junto a Portugal. “Ese proyecto era mío y se ha desmantelado; me duele verlo”, confiesa.
Finalmente, Rubiales cierra la entrevista con una declaración de intenciones: “No busco volver al fútbol. Solo quiero limpiar mi nombre y poder trabajar tranquilo en España. He perdido contratos por presiones políticas y mediáticas, pero sigo aquí, con la conciencia limpia. No quiero revancha, solo justicia”.








