Quedarse paralizados, temblar, intentar esconderse o incluso orinar por el pánico son reacciones comunes en los perros ante los sonidos fuertes de petardos y fuegos artificiales, especialmente habituales en vísperas de Año Nuevo. Se estima que hasta el 50% de los canes se ven afectados por estos ruidos. Sin embargo, existen pautas ambientales y clínicas para ayudarles a sobrellevar el estrés y evitar que desarrollen fobias severas.
¿Por qué sienten pánico ante la pirotecnia?
A diferencia de los ruidos cotidianos de la ciudad a los que están acostumbrados, los petardos y truenos activan un mecanismo biológico de supervivencia. Los expertos señalan que buscar cobijo ante estos estímulos es una conducta heredada de sus antepasados para garantizar la seguridad. Además, influye la socialización: una exposición controlada a estos ruidos durante los primeros seis meses de vida hace al perro mucho más resistente en el futuro.
Cómo identificar el nivel de miedo de tu mascota
No todos los perros reaccionan igual. Para saber si tu mascota sufre una sensibilidad leve o una fobia severa, debes observar tres factores:
1. Intensidad de los síntomas: Desde jadeos y temblores hasta vómitos o pérdida de control de esfínteres en los casos más graves.
2. Anticipación: Los perros más afectados empiezan a mostrar ansiedad mucho antes de que comience el ruido (al notar el cambio de presión de una tormenta o ver los preparativos de una fiesta).
3. Tiempo de recuperación: Un perro con miedo leve vuelve a la normalidad en pocos minutos; uno con fobia severa puede tardar un día entero en volver a estar relajado.
Consejos prácticos para el hogar
Si tu perro se estresa con el ruido, puedes aplicar estas estrategias ambientales:
• Crear una «zona de seguridad»: Un rincón tranquilo de la casa, preferiblemente alejado de ventanas, donde tenga su cama y juguetes. Es recomendable habituarle a este espacio días antes de las fiestas.
• Aislamiento acústico: Bajar las persianas para reducir el impacto del sonido y los destellos de luz.
• Ruido blanco o música: Poner música ambiental a un volumen moderado ayuda a «enmascarar» las explosiones del exterior.
• Acompañamiento, no castigo: Nunca riñas al animal por tener miedo ni le fuerces a salir. Acompáñalo con calma; el castigo solo agravará su ansiedad.
Cuándo acudir al veterinario
En casos de reactividad grave, las medidas caseras pueden no ser suficientes. Los profesionales pueden recomendar hoy en día tratamientos farmacológicos modernos (ansiolíticos que reducen el estrés sin sedar al animal) o suplementos naturales que ayudan a rebajar los niveles de cortisol.
¿Y los gatos?
Aunque sus reacciones pasan más desapercibidas, los gatos también sufren. A diferencia de los perros, ellos tienden a ocultarse en lugares elevados o armarios. Si tu gato desaparece durante los fuegos artificiales, no intentes sacarlo de su escondite; deja que salga cuando se sienta seguro.
















