Este miércoles, el fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz, comparece ante el Tribunal Supremo en el juicio que se le sigue por la presunta revelación de secretos en relación al novio de la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso.
Estimado para reafirmar su inocencia, García Ortiz ya había declarado en la primera sesión del tribunal, sosteniendo que «no es culpable» de las acusaciones que le pesan en este caso.
La única vez que el fiscal ha tomado la palabra en esta causa fue el pasado 3 de noviembre, cuando el presidente del tribunal le inquirió: «¿Se considera autor responsable de los delitos que se le imputan?» A lo que García Ortiz respondió de manera contundente: «No».
En la fase de investigación previa, el fiscal había afirmado ante el magistrado instructor, Ángel Hurtado, que no había facilitado, difundido o revelado ninguna información relacionada con el caso de González Amador, que incluye una denuncia de Fiscalía y correos electrónicos objeto de la causa.
Además, García Ortiz admitió que borraba «absolutamente todo» el contenido de su móvil «de manera regular», debido a que contiene datos que calificaría de «ultrasensibles».
El día de su declaración, García Ortiz se anticipará a la comparecencia de varios agentes de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil, los cuales registraron su despacho y elaboraron un informe de vital importancia para la causa.
Un aspecto significativo a destacar en el juicio es el hecho de que al fiscal general del Estado se le imponen penas de seis años de prisión, 12 años de inhabilitación y una multa de más de 400.000 euros. Esto por presuntamente filtrar información a la Cadena SER el 13 de marzo de 2024, sobre un correo enviado por el abogado de González Amador, Carlos Neira, que reconocía dos delitos fiscales en nombre de su cliente.
A pesar de las acusaciones en su contra, García Ortiz ha logrado sostenerse ante el tribunal con el respaldo de varios testigos, incluidos varios periodistas. Una docena de profesionales de los medios han declarado en este proceso, resaltando que conocían la confesión de González Amador antes que el mismo fiscal general.
Entre ellos, Miguel Ángel Campos, de la Cadena Ser, afirmó que, horas antes de que el fiscal buscara la información, ellos ya estaban al tanto de los delitos fiscales confesados por González Amador.
Cuando fueron preguntados por las acusaciones, tanto Campos como otros periodistas testificaron que Álvaro García Ortiz no fue la fuente que les reveló los datos. Muchos de ellos optaron por mantener el origen de la información en reserva, amparándose en su derecho «al secreto profesional».








