El plan de Vox para impulsar la prohibición del velo islámico en todos los espacios públicos madrileños —desde centros educativos hasta hospitales o piscinas— recibió este jueves un rechazo frontal del Partido Popular de Isabel Díaz Ayuso. Los populares consideran la medida “fraudulenta” e “inconstitucional”, aunque sí comparten con Vox la necesidad de restringir el uso del burka en determinados ámbitos por “cuestiones de seguridad o dignidad”.
“Estamos de acuerdo con que hay ciertas prendas que no se pueden vestir en centros educativos o espacios públicos por seguridad o dignidad”, afirmó en la Asamblea de Madrid el portavoz del PP, Carlos Díaz-Pache. No obstante, avanzó que los populares no apoyarán la proposición de Vox ni presentarán enmiendas, al considerar que se trata de una prohibición general que vulneraría derechos fundamentales.
En los últimos días, Ayuso ya había defendido la posición de su partido: respetar la libertad religiosa pero con matices recogidos en la normativa vigente, como la limitación del uso de prendas que dificultan la identificación —entre ellas el burka o el pasamontañas— en ciertos espacios públicos. “Otra cosa es que empecemos a hablar del burka o del pasamontañas, de todas aquellas prendas que son un problema de seguridad, cuando no de sanidad, en una piscina pública, por ejemplo”, señaló la presidenta regional.
La portavoz de Vox en la Asamblea, Isabel Pérez Moñino, justificó la propuesta asegurando que el velo islámico “no es un símbolo religioso, sino una herramienta política para el sometimiento de las mujeres”, y lo comparó con la presencia de banderas palestinas en las aulas. El PP, sin embargo, acusa a Vox de “fomentar debates para llevar las respuestas a los extremos”.
El desencuentro evidencia que la tensión que mantienen ambas formaciones en el ámbito nacional también se traslada a la Comunidad de Madrid, donde Ayuso se esfuerza por marcar perfil propio frente a la estrategia de confrontación de la formación de Santiago Abascal.