El Acuerdo Financiero: Tras largas horas de negociación, la COP29 culminó con un acuerdo donde los países ricos se comprometieron a aportar 300.000 millones de dólares anuales al sur global. Este fondo es parte de un objetivo más amplio de 1,3 billones de dólares anuales para 2035, destinado a ayudar a los países en desarrollo a enfrentar los efectos del cambio climático y reducir sus emisiones. Indignación en el Sur: A pesar del acuerdo, muchos países del sur expresaron su descontento, calificando la cifra como insuficiente. Criticaron la falta de transparencia en las negociaciones y la exclusión de sus representantes en momentos clave. La propuesta inicial de 500.000 millones de financiación pública fue rechazada, lo que aumentó la frustración. Críticas a la Presidencia: La gestión de Azerbaiyán como anfitrión de la cumbre fue duramente criticada. Se le acusó de favorecer a los países ricos y de una falta de liderazgo que complicó las negociaciones. La ausencia de cifras concretas hasta el último momento generó tensiones adicionales. Un Mundo en Llamas: La cumbre se desarrolló en un contexto geopolítico complicado, con la reelección de Donald Trump en EE.UU. y conflictos en Oriente Próximo y Ucrania. A pesar de estas tensiones, la COP29 demostró que es posible alcanzar acuerdos multilaterales, aunque con dificultades. Prueba de Multilateralismo: La cumbre fue una prueba del poder del multilateralismo en tiempos difíciles. Aunque se lograron acuerdos, la percepción de los países vulnerables fue negativa, sintiéndose forzados a aceptar un mal acuerdo. Sin embargo, surgieron nuevas alianzas, destacando la cooperación entre la UE y China. Combustibles Fósiles: Un Tema Pendiente: No se alcanzó un consenso sobre la eliminación de los combustibles fósiles, un tema crucial que se pospuso para futuras discusiones. Los países petroleros fueron señalados como los principales obstáculos para avanzar en este aspecto.
